Aprovechando la calma entre la
cena de Nochebuena y la comida de Navidad, salimos a despejarnos y a que nos
diera un poco de fresco en la cara. Acompañado de mi cuñado y mi sobrino nos
dirigimos a unos pinares de Pino silvestre del Valle del Jerte, a buscar pajarillos
de bosque. Se suponía que yo debía guiar esa excursión, pero resultó que los
verderones serranos (2 ó 3) los encontró mi sobrino y que los perdimos gracias
a que yo me entretuve con un Reyezuelo sencillo, al que ingenuamente intenté
fotografiar. Faltaban los habituales piquituertos, pero era hora de regresar a
las labores gastronómicas. De pronto, mi cuñado se quedó de muestra como uno de
esos perros de caza señalando a una ramilla baja de un joven castaño que crecía
entre los pinos. Era una hembra de Piquituerto. Como es un pájaro confiado nos
acercamos a ella con cuidado y la observamos un rato a placer, mientras recogía piñas
del suelo para comerse los piñones en alguna ramilla baja. Fue una pena tener
que dejarla tan pronto, pero así dará más gusto la próxima vez. Pero antes de marchar, un
grupito de rabilargos “termomediterráneos” rompió la magia boreal de este
paseo.
Muy guapo el piquituerto, mejor dicho, la piquituerta. ¡Vaya foto más chula! Un abrazo, Alberto y Feliz año.
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