El Pino Gordo |
Ahora que existe un gran interés por encontrar “productos” de la Naturaleza que puedan ser “puestos en valor” para explotarlos turísticamente (no nos engañemos, para esto sirve el Medio Ambiente), no es de extrañar el éxito que tienen los árboles monumentales con sus récords. En Estados Unidos este tema se lo toman muy en serio con su afición a los top y existe una legión de cazadores de árboles con sus equipos de medición láser que se encargan de buscar continuamente el árbol más grande, solucionando conflictos entre condados por tan deseado honor. La American Forestry Association ha establecido un sistema de puntuación muy estricto para dar rigor a esta cuestión, sistema que ellos mismos “modificaron” en la disputa entre las secuoyas General Grant y General Sherman, o para ser más correcto, entre los dos condados californianos donde viven. En España no hemos alcanzado ese nivel de profesionalidad de los americanos, aquí es suficiente que alguien mida de manera más o menos precisa un árbol para que ese dato se tenga por bueno, parece que eso de tomar una medida más exacta en un ser en crecimiento nos parece un poco tonto.
El Pino de las dos Pernadas. Aunque casi no se aprecia hay una persona junto al tronco. |
La localidad de Vilaflor, en la isla canaria de Tenerife, parece que ha resuelto la cuestión de una manera magistral. Ellos que son uno de los pueblos a mayor altitud de España (ver comentario) saben hacer las cosas a lo grande. Si vamos a tener el Pino canario (Pinus canariensis) más grande del mundo vamos a tenerlo de todas, todas. Así que a poco de salir del pueblo en dirección al Teide nos encontramos con dos auténticos colosos uno frente al otro, para que no haya lugar a dudas. Para aquellos cazadores de árboles más propensos a valorar los metros de altura allí está el Pino de las dos Pernadas, que con más de 56 m es de largo el pino más alto de España. Los seguidores de la escuela cubicadora, más dada a valorar los metros cúbicos de madera de un árbol, encontrarán más interesante al Pino Gordo que, aunque “sólo” alcanza poco más de 45 m, tiene un tronco de casi 10 metros de perímetro. De esta manera es sencillo acertar.
Yo por mi parte sigo pensando que los árboles monumentales nos brindan una oportunidad de oro para conocer cómo funcionan esos increíbles seres que son los árboles. De momento no necesito más, pero si se me obligara a decantarme por uno de los dos me quedaría con el Pino Gordo.