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La parte que emerge de las nubes era nuestro objetivo. |
El Pico del Teide (Echeyde en guanche)
es un cono volcánico de unos 1150 años que se alza unos 200 m sobre el propio Teide
hasta alcanzar los 3718 m. Según he podido leer, El Teide en su conjunto ocupa
la décima posición en altitud para una isla en todo el mundo y es el tercer
volcán más alto del mundo, tras dos volcanes hawaianos, con 7500 m desde el
lecho marino. Las condiciones ambientales en esta zona son bastante duras y
exigen bastante mano izquierda a cualquier especie que se plantee instalarse
por aquí. Hablamos no sólo de un substrato volcánico con pendientes del 70 % sino
de una humedad relativa inferior al 50 % durante todo el año, con 6 meses de
sequía (3 de ellos con precipitación 0 mm) y una precipitación anual de sólo 325
mm. Las temperaturas anuales oscilan entre los -15 °C y los 26 °C
y recibe la increíble cantidad de 3000 horas de sol al año. Por todo ello no es
de extrañar la presencia de más de 30 endemismos de flora exclusivos de Tenerife
en las laderas del Teide.
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Panorámica chapucera del cráter del Teide. |
Habíamos ido a pasar unos días de
descanso a las Cañadas del Teide y, aunque se trataba del mes de octubre, tenía
esperanzas de encontrar algunas plantas de montaña con flores, aunque no fuera
una floración plena de temporada. Y la verdad es que buscando un poco pudimos
dar con ejemplares floridos de varias de las especies emblemáticas de este
increíble Parque Nacional: Silene
nocteolens, Echium wildpretii, Erysimum scoparium, Adenocarpus viscosus,
Spartocytisus supranubius, Echium virescens, Pterocephalus lasiospermus,
Descurainia bourgaeana, etc. Un objetivo estaba claro, subir al cono del
Teide en busca de plantas y tenía tres cosas en la cabeza.
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Azufre y vapores de las fumarolas. Al fondo la isla de La Palma. |
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Gleras móviles, más abajo la Corona Forestal y el mar de nubes. |
La primera era ver alguna Violeta
del Teide (Viola cheiranthifolia)
cerca de la cumbre, había visto ya algún ejemplar con flores pasadas en Montaña
Blanca y no perdía la esperanza de conocer en primera persona a las que se
suponen que son las plantas vasculares que crecen a mayor altitud en España, y
es que había leído infinidad de veces sobre esas plantitas que suben casi hasta
el cráter y me picaba la curiosidad. Antes de llegar a los 3500 m vimos una
matita sin flores en una enorme glera de piedras. No buscamos más pues se
trataba de una zona de acceso restringido.
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Margarita del Teide (Argyranthemum teneriffae). 3600 m. |
El segundo objetivo de la lista
era más complicado y tan sólo nos fuimos fijando por si sonaba la flauta al
recorrer la zona donde se suponía que era posible localizarlo un poco abrumados,
eso sí, por la cantidad de turistas que merodeaban por la zona. Se trataba de
la Borriza de cumbre (Ghapalium teydeum),
que recibe también el comercial nombre de Edelweiss del Teide. Sólo existen
unos 200 individuos en dos poblaciones que ocupan menos de 1000 m² asociadas
a las microzonas húmedas generadas por las fumarolas. Lógicamente no hubo
suerte.
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Fisuras húmedas con musgos y hepáticas a 3700 m. |
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Pequeños céspedes de musgos a unos 3680 m. |
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Otra fisura con musgos a unos 3700 m. |
El tercer objetivo era la
comunidad colonizadora de algas cianofíceas, musgos y hepáticas asociadas a las
fumarolas. De estas sí que vimos una buena muestra, incluso en el propio
cráter. Desconozco las especies de esta comunidad, aunque los céspedes verdes
brillante de Campylopus pilifer y la diminuta
hepática Cephaloziella divaricata son
las especies más comunes, como así parecía. Viendo cómo son capaces de
sobrevivir estas especies, rodeadas de azufre, con vapores a 85 °C y
sobre rocas volcánicas porosas, realmente me olvidé de todo lo demás.
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Esta Tolpis webbii fue la planta vascular que vimos a mayor altitud (3650 m). |
Al final las plantas con flores
que pudimos ver a mayor altitud fueron una Tolpis
webbii (endemismo de Tenerife y La Gomera) que vimos sobre los 3650 m,
junto al sendero Telesforo Bravo, y una Argyranthemum
teneriffae (endemismo de Tenerife) a unos 3600 m sobre La Rambleta. Después
vendría el descanso de los guerreros: conejo en salmorejo, papas arrugadas,
tabla de quesos canarios y vino tinto de Tacoronte (Viña Norte) y ¡qué bien
sienta el vino por encima de los 2000 m!