Polluelo de mirlo refugiado en la Picea pungens "Globosa" del jardín. Esta costumbre le puede salvar la vida. |
Los días de viento de la semana
pasada han derribado el nido de mirlos que teníamos en la hiedra del jardín,
obligando a tres pollos incapaces aún de volar a echarse a tierra. En principio
todo parecía que se quedaría en un susto, pues el jardincillo ha servido de
guardería a decenas de polluelos en los últimos años.
La misma noche de la caída ya me
despertó la algarabía de los mirlos con sus llamadas de alarma, igual que la siguiente
y la siguiente. Después le ocurrió a mi mujer. Yo entonces ya sabía
perfectamente lo que ocurría, pues un par de días antes había salido al jardín
tras oír las llamadas de alarma de varios mirlos. Me encontré a la pareja de
mirlos que crían en casa, otra pareja que anida en un seto algo más abajo y a
la pareja de jilgueros del cinamomo de la calle, alarmados y nerviosos. No
tardé en descubrir a un gato grande y oscuro tumbado sobre el muro, observando
fijamente la copa de un madroño mientras movía la punta de la cola. La misma
copa donde estaba uno de los tres polluelos de mirlo.
Alguna vez he comentado en este
blog (Ver aquí) lo que pienso de los lindos gatitos y lo que me molesta la despreocupación
de los propietarios de gatos y, por qué no, la despreocupación de la
administración si la comparamos con lo que ocurre con los perros. ¿Alguién se
imagina una manada de perros callejeros reproduciéndose libremente en un
caserón abandonado? O, simplemente, que el propietario de un pitbull le dejara
salir solo a la calle sin bozal para que se quitara el estrés. Vale, los gatos
no muerden a las personas, pero matan especies protegidas y mascotas.
No es que sea incapaz de sentir
compasión por unos animales tan hermosos como los gatos, los detesto sin acritud.
He recogido en mi pequeño jardín carboneros, mosquiteros, currucas, cogujadas y
pardillos decapitados por el gato/s de un vecino/s y maldita la gracia que me
hace. Con los años uno sabe que hay investigadores buenos, malos y regulares,
como en todo, por eso no me sorprende que algunos defiendan que los gatos no
hacen daño alguno en nuestros ecosistemas, que eso es solo de islas oceánicas.
Algunos topillos de Cabrera de por aquí seguro que podrían aportar algunos
datos en contra.
Podría tal vez regularse un poco
más la cuestión, por razones sanitarias (los gatos también tienen sus momentos
terrenales y cagan y mean donde les viene en gana, con niños o sin ellos) o de
bienestar animal (el de los carboneros, por supuesto). Tal vez evitando
aquellas razas más similares al animal ancestral y, por tanto, con casi plenas
capacidades cazadoras, tal vez obligando al uso de collar identificativo con
cascabel, tal vez mostrando la verdadera cara oculta de los gatos cuando
suponen que no los vigilamos y eliminando los gatos cimarrones.
Bueno esto es una batalla
perdida, pero pienso esto cada vez que un gato me quita el sueño, literalmente.
Hace un par de días que solo veo a un polluelo de mirlo, tal vez sus hermanos hayan acabado sin cabeza en el cubo de basura de alguien. ¿O eso sólo pasa en las
islas oceánicas?