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Estrellita (Saxifraga stellaris). Tornavacas, Cáceres. 2.300 m. |
La relación de los humanos con las
estrellas debe ser antigua, tanto como la propia Humanidad. Hoy nos parece
normal tener el cielo habitado por héroes mitológicos y pocas serán las
personas que a lo largo de su vida no le hayan dedicado si quiera un rato a la
cuestión. Muchas menos, sin embargo, serán las que agacharon la cabeza alguna
vez para buscar estrellas a ras de suelo. En realidad lo hacemos cada vez que
nos agachamos a contemplar unas margaritas, estandartes de una de las familias
más numerosas entre las plantas como son las compuestas, cuyo nombre científico
Asteraceae hace referencia a ese
parecido entre las flores de estas plantas y las estrellas.
La estrella botánica más difícil de
localizar en Extremadura es también la más hermosa. Belleza y rareza son
atributos que por sí solos podrían hacer de una especie una de nuestras joyas
más reconocidas. Si a esto le unimos una historia natural apasionante y el
gusto por algunos de los más escasos y limpios entornos, nuestra especie
debería ser tan popular como alguno de esos delanteros que corren por nuestros
campos de fútbol. Pero no es así, las últimas estrellitas (Saxifraga stellaris) de Extremadura están
desapareciendo tan en silencio como han vivido desde que llegaron a la Sierra
de Gredos cacereña durante la última glaciación procedentes de las frías
tundras. Hoy día presenta una distribución circumpolar en todo el Hemisferio
norte, apareciendo de manera relicta en las zonas altas de las montañas
europeas donde busca, junto a los manantiales, esas comunidades frescas
dominadas por los musgos que recuerdan a la vegetación dominante de la tundra.
Lógicamente, aproximarse a la tundra ártica en Extremadura exige algo de
esfuerzo y debemos buscar en zonas por encima de los 2000 m donde haya
nacederos de gargantas, entre cuyos taludes umbrosos se refugiará esta
maravillosa reliquia ártica, y rezumaderos permanentes. Siempre creciendo entre
musgos y muchas veces acompañada por verónicas.
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Estrellita de Agua (Asteriscus aquaticus). Santa Marta de los Barros, Badajoz. 400m. |
Tampoco se prodiga por Extremadura la
Estrellita de agua u Ojo de buey (Asteriscus
aquaticus). Se sabe que Teofrasto ya llamaba asterískos, o pequeñas
estrellas, a estas pequeñas margaritas 300 años antes de Cristo. Más rebuscado
parece el origen de su apellido científico aquaticus
o acuático, siendo esta una planta que crece en suelos raquíticos y secos sobre
calizas, tendremos que esperar al otoño para conocer la respuesta. Las primeras
lluvias otoñales mojarán las brácteas secas de los capítulos, que se abrirán
liberando sus semillas. A pesar de su aspecto humilde y a su pequeño tamaño, la
Estrellita de agua es la planta que caracteriza este tipo de pastizal temporal
sobre suelos rocosos calizos o básicos, por mucho que sean las orquídeas las
que se llevan toda la fama en estos lugares.
Como no queremos terminar con la
imagen de estas estrellas de suelo raras y difíciles de localizar, bastaría con
pensar en el Trébol estrellado (Trifolium
stellatum) o en la Estrella de agua (Callitriche
stagnalis) para borrar esta idea de nuestra cabeza, pero preferimos
terminar con otra especie. Sin duda una de las estrellitas más fáciles de
localizar, a poco que miremos un poco por cualquiera de los herbazales de sombra
algo nitrificados que nos encontremos por Extremadura, es la Estrellita mediana
(Stellaria media), tan delicada como
diminuta.
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