Flores diminutas de Omphalodes brassicifolia. La Vera, Cáceres. |
Algunas especies tienen la desgracia de que la Naturaleza parece
que les ha dotado sólo de características irrelevantes para los humanos. Esto
que en principio podría ser hasta bueno es hoy día, en un mundo en el que todo
está controlado por nuestra especie, muy peligroso.
Omphalodes
brassicifolia es un
endemismo español que sólo está presente en Cáceres, de donde parece proceder
el ejemplar que permitió su descripción, y Salamanca. Tan sólo se conocen 10 poblaciones (7 en Cáceres y 3 en Salamanca) y su número total de
individuos debe ser muy bajo, pues las poblaciones censadas no superan en
ningún caso los 500 individuos. Su tendencia tampoco es favorable ya que al
menos 2 de las 10 poblaciones conocidas parece que han desaparecido, pues hace
años que no se localiza ningún ejemplar en ellas y en Cáceres, donde el estudio
de la especie es muy superficial, no ha sido posible localizar algunas de estas
poblaciones, muy antiguas en algún caso. Como rareza es difícil superar esto ¿por
qué entonces tanto abandono?
Frutos secos. ¿Será muerta más bonita? |
Omphalodes
brassicifolia es una
planta anual que pese a tener un buen tamaño, superando en muchas ocasiones el
metro de altura, tiene una belleza difícil, con un aspecto de yerbajo nitrófilo
con florecillas diminutas blancas, que pardean rápidamente. No es un icono, eso
es seguro. Tampoco ocupa hábitats prístinos y amenazados, pues aparece con más
frecuencia de la recomendable en cunetas y en el resto de las ocasiones ocupa orlas
de bosques de rebollos y castaños pastoreados, donde convive con un buen puñado
de las llamadas malas hierbas. Su aspecto no engaña, es nitrófila y sus
compañeras son esos yerbajos grandotes propios de medios ricos en materia
orgánica, muchas veces plantas invasoras como la Hierba carmín o la Lunaria.
Planta en un claro de rebollar. La Vera, Cáceres. |
Omphalodes
brassicifolia, parece
situarse en el límite entre dos mundos, está a caballo entre las provincias
Carpetano-Leonesa y Luso-Extremadurense, a caballo entre el Supramediterráneo y
el Mesomediterráneo, a caballo entre la montaña y la llanura y a caballo entre
una zona sobrepastoreada y una zona semiabandonada.
Omphalodes
brassicifolia, por
último, tiene a bien florecer en el mes de junio, cuando los herbazales donde
vive están resecos y pinchan y no parece que haya nada interesante que buscar
en ellos.
Al menos hay semillas en varios bancos genéticos y su
germinación no plantea problemas. Visto lo visto, es lo único que nos queda.