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jueves, 30 de mayo de 2013

EL GEOPARQUE DE VILLUERCAS, IBORES Y LA JARA



Recupero aquí  mi foto favorita de Macromia splendens.

No voy a entrar a valorar los valores geológicos incuestionables del Geoparque de Villuercas pues seguramente cometería buen número de errores. Lo que es cierto es que este lugar nos permite reconstruir el pasado remoto, aunque sea sólo mentalmente, interpretando sus maravillosos fósiles, pliegues y fallas. Sólo por esto ya merece la pena acercarse a conocerlo.

Pero dejando a un lado las piedras, este Geoparque también nos ofrece una maravillosa oportunidad de revivir de manera modesta, es cierto, pero completamente viva los avatares que durante las últimas glaciaciones iban a configurar lo que es nuestra actual fauna y flora.


 Sólo se conoce una población de Daboecia cantabrica en Las Villuercas.

Eligiendo algunos puntos de río Ibor uno puede sentarse a la orilla del río bajo la sombra de algún ejemplar de Loro (Prunus lusitanica), un árbol que mantiene en esta comarca buena parte de los últimos individuos del continente. Con suerte, se dejará ver alguna Libélula brillante (Macromia splendens) volando velozmente a 1 metro de la superficie del agua mientras defiende su territorio. Exactamente la misma imagen que se lleva repitiendo en esta zona desde hace más de 3 millones de años, al igual que ocurría en buena parte de Europa antes de que las últimas glaciaciones acabaran con prácticamente todas las especies subtropicales, incluyendo al Loro y a la Libélula brillante.


Ejemplares de Prunus lusitanica en un abrigado barranco de Las Villuercas.
La imagen típica de un refugio de flora.

Paseando por algunas de las umbrías más frescas de la zona más alta de la comarca, puedes sorprenderte con alguno de los últimos ejemplares de Abedul (Betula alba) y Roble carballo (Quercus robur), o incluso descubrir las matas de Arándano (Vaccinium myrtillus) en los mismos lugares donde los osos las buscaban hace cientos de años. Son posiblemente las especies más representativas de los bosques boreales de origen Eurosiberiano que llegaron a la comarca durante las fases frescas y húmedas de las últimas glaciaciones. Hace unos 8.000 años el clima se tornó mediterráneo con una fuerte sequía estival y estas especies también desaparecieron de la Europa Mediterránea. Habían sustituido a las especies subtropicales y ahora ellas mismas eran desplazadas. Curiosamente en esta comarca unas y otras pudieron refugiarse y mantenerse relativamente próximas.



Una turbera del Valle del Guadarranque.

Podemos encontrar repartidas por enclaves favorables de la comarca otros ejemplos de especies relictas. Entre las especies supervivientes del Terciario podemos citar a la insectívora Flor del Rocío (Drosophyllum lusitanicum) y a la Azucena portuguesa (Paradisea lusitanica), hoy casi desaparecida aquí, o al Cambrón (Echinospartum ibericum) y al Cenizo (Adenocarpus argyrophyllus) como reliquias de los matorrales de cumbres de leguminosas del Plioceno (hace entre 5 y 2 millones de años). Posiblemente las especies más conocidas de origen eurosiberiano en la comarca sean las plantas asociadas a la turberas como el Brezo vizcaíno (Daboecia cantabrica), el Brezo de turbera (Erica tetralix) y las insectívoras Rosolí (Drosera rotundifolia) y Grasilla pálida (Pinguicula lusitanica).
 

domingo, 19 de mayo de 2013

OTRO ENDEMISMO GREDENSE: Armeria bigerrensis subsp. bigerrensis.


Armeria bigerrensis subsp. bigerrensis en un prado de cumbres junto a Minuartia recurva. El Torreón, 2400 m.
 
En 1951 Francisco Bernis publica el fruto de su dura labor de revisión del género Armeria. En la monografía, de casi 300 páginas, reduce las 150 especies iniciales a sólo 7 e incluso llegó a plantearse la idea de dar por buena una sola especie. Se encontró con lamentables conflictos, como autores que llegaban a ser incapaces de diferenciar sus propias especies, autores que describían nuevas especies cuando herborizaban en poblaciones de plantas descritas por ellos, etc. No es de extrañar que empezara a ver con mejores ojos a las aves después de aquello. Pero una cosa sí dejó clara, que este género necesita mucho más que morfología para diferenciar especies y que la ecología puede ser tan importante como el aspecto. En 1990 Gonzalo Nieto Feliner emplea un criterio eco-morfo-geográfico en su revisión del género.


Armeria bigerrensis subsp. bigerrensis en una zona sin Cabra montés. El Torreón 2400 m.

A pesar de todo sigue siendo un género complicado y conozco a expertos botánicos que arrugan la nariz ante una Armeria o miran disimuladamente para otro lugar. Unas barreras reproductivas muy débiles dentro del género, la existencia de individuos autoincompatibles obligados a cruzamientos en la mayoría de las poblaciones, la plena capacidad reproductiva de los híbridos y la frecuente convivencia de varias especies, hacen que la hibridación sea muy habitual y, con ella, ese polimorfismo gradual que las hace tan complicadas.

¿Armeria bigerrensis x caespitosa? La Covacha, 2300 m.

 En las Sierras de Gredos y Béjar contamos con un puñado de armerias endémicas que nos permiten intuir como funciona el género en esta zona. Por un lado Armeria bigerrensis subsp. bigerrensis ha dado lugar a dos especies endémicas en su entorno, que sobreviven gracias a ocupar otros hábitats: Armeria salmantica en la Sierra de Francia-Hurdes (donde ya no hay A. bigerrensis) al cruzarse con Armeria transmontana y Armeria rivasmartinezii en Béjar-Gredos al cruzarse con Armeria arenaria subsp. vestita. Por otro lado, mantiene una feroz pugna con Armeria caespitosa en el centro y este de Gredos, ya que todos los individuos que se encuentran en la sierra de esta última especie llevan el sello de bigerrensis.

Más abajo, ya en el piso oromediterráneo dominado por piornales, encontramos Armeria arenaria con dos subespecies (segoviensis y vestita) y Armeria transmontana. La Armeria arenaria subsp. segoviensis parece aquí la dominante, pues la otra subespecie, mucho más rara ya, parece que está siendo absorbida por hibridación, mientras que Armeria transmontana presenta rasgos que indican influencia de segoviensis.

Armeria bigerrensis subsp bigerrensis. La Ceja, 2430 m.


Armeria bigerrensis no es una especie abundante en Extremadura, ocupa idealmente los prados psicroxerófilos de cumbres, considerándose, de hecho, una especie característica de los mismos. Los suelos crioturbados de esos medios tan extremos hacen imposible la presencia de otras armerias de su entorno. Su rareza, aparte de la escasez de zonas por encima de los 2.000 m y el cambio climático, posiblemente sea debida a una excesiva presión por parte de los herbívoros como la cabra montés y doméstica, la vaca o incluso el cada vez más abundante ciervo. La mejor población se encuentra en prados de cumbres del entorno del Torreón, donde además aparecen magníficos ejemplares y donde parece que está comenzando a absorber a A. rivasmartinezii. Al otro lado del Puerto de Tornavacas, ya en Gredos, la especie casi desaparece de los prados de cumbres (algunos individuos dispersos y ramoneados en la Portilla del Losar, las Azagallas o la Cuerda de la Covacha) y se muestra casi exclusivamente como una especie rupícola, lo que no le permite mantener poblaciones numerosas. Encontraremos ejemplares enriscados desde Tornavacas hasta Madrigal de la Vera. En el entorno de la Covacha y Riscos Morenos se han localizado ejemplares de aspecto intermedio con Armeria caespitosa (En la cercana Laguna de la Nava, ya en Ávila, hay plantas que parecen plenamente Armeria caespitosa).

lunes, 6 de mayo de 2013

TRUJILLO (CÁCERES, SPAIN): AVES Y QUESO.

Mientras nosotros nos dedicamos al queso esta colonia de primillas se dedica al Alacrán cebollero.

Que el hombre haya llegado a la Luna, no es más que una circunstancia sobrevenida del pique entre dos matones de barrio. El Quijote lo escribió el hombre que olvidó escribir su mejor obra: su autobiografía. Las fotos más impresionantes de la historia las hizo un grandísimo fotógrafo en la playa de Omaha en junio de 1944, todas estaban terriblemente desenfocadas por el miedo. Si Wallace no hubiera mandado una carta a Darwin, este posiblemente nunca hubiera terminado el Origen de la Especies. La Flauta Mágica la compuso un extraterrestre. La lista podría seguir y hacerse muy extensa, pero yo tengo muy claro que el mayor logro de la Humanidad es la de aquel tipo que hace unos miles de años se atrevió a comerse la leche que se le había estropeado, le gustó y desde entonces se dedicó a estropear leche. Hoy en Francia, España, Suiza e Italia los seguidores de aquel valiente siguen manteniendo y renovando diariamente la noble tradición de la elaboración del buen queso. Resulta increíble que con tan reducido número de ingredientes puedan existir miles de variedades tan diferentes.
 
 
Todas la cebas que he visto este año son de Alacrán cebollero.
 
Pajarear sin necesidad y comer queso sin parar son dos actividades que han caracterizado mi vida, por eso una Feria del Queso dentro de una ZEPA, al lado de mi casa y en mayo, es algo que para mí se acerca bastante a un regalo de los dioses.

Hembra reclamando al macho su Alacrán cebollero.

Imaginad una plaza del siglo XV rodeada por una ciudad de esa época, tan bien conservada que a veces parece un decorado y, sobre todo ello, una antigua fortaleza musulmana. Imaginad que cada torre tiene varios nidos de Cigüeña blanca, que cada mechinal se lo disputan cernícalos primillas, lechuzas, estorninos negros o grajillas, que podemos ver dos especies de vencejos, dos de aviones y dos de golondrinas. Imaginad que en invierno incluso podríamos ver Treparriscos. Ahora imaginad esa misma plaza llena de puestos con cientos de variedades de quesos de toda España y de otros países como Francia o Portugal. No puede haber nada que estimule más nuestro cerebro que degustar un Gamonedo mientras con el rabillo del ojo averiguamos si esos vencejos que acaban de pasar por encima de nuestra cabeza son pálidos o comunes.

Y si no te gusta el queso también puedes ir a Trujillo esos días, que ya bastante desgracia tienes. Lo mejor es que ni entres a la Plaza, dirígete directamente a la Plaza de Toros y disfruta de uno de los mejores espectáculos ornitológicos que podemos ver por estas fechas en Extremadura: una colonia de unas 50 parejas de Cernícalo primilla que podremos observar a placer. Se me ocurren pocos sitios mejores para disfrutar de esta preciosa rapaz.
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