Macho de Vipera latastei subsp abulensis. Reserva Natural Garganta de los Infiernos. Tornavacas, 2.150 m. |
Descrita en 2005 por Juan Timms y
Raúl Doblado, la Víbora hocicuda de Gredos (Vipera
latastei subsp.abulensis) se
halla distribuida exclusivamente por la sierras de Gredos y Béjar, entre Ávila,
Cáceres y Salamanca.
Aparece típicamente en zonas de
helechos y vegetación cercana a arroyos y fuentes, donde su camuflaje es más
efectivo. Asciende, al menos, hasta los 2.300m. Se diferencia de la subespecie
nominal por el número de placas ventrales y por otros detalles menores en la
cabeza. Su coloración sigue el modelo de zigzag ondulado, aunque es muy común
que en Gredos los bordes de las aristas estén redondeados.
Normalmente, cuando te cruzas con
una víbora lo primero que llama la atención es su pequeño tamaño, 50-60 cm en
este caso, lo que inmediatamente lleva a la gente a considerarla un juvenil. Después
asombra su indolencia, la tranquilidad con la que huye. Hay que fastidiarla
mucho para que intente morder. Por último, a mí siempre me ha sorprendido el
terror que provoca entre los serranos, un terror que les lleva a matar a todo
lo que pueda pasar por una víbora. Siempre hay una fuente en la que no beber
porque hay víboras, siempre hay una zona donde no sentarse a almorzar por las
víboras, etc. Parecería que las víboras están por todas partes. Algo que, al
menos hoy día, está muy lejos de ser verdad.