Triops emeritensis de la localidad clásica de La Albuera (Badajoz). |
Solemos emplear la expresión “Meterse
en un charco” para referirnos a una acción de la que no sacaremos nada positivo.
Es fácil ver de dónde viene esto cuando uno tiene delante uno de esos pequeños
encharcamientos de aguas turbias por la escorrentía, con una profundidad que no
suele superar los 20-30 cm y cuya vida no se prolongará más allá del final de
la primavera.
A casi nadie le sorprenderá que
el agricultor apure sus labores cuando están secos y siembre sobre ellos, o que
el ganadero profundice su vaso para que retengan el agua durante todo el año. ¿Qué
puede ofrecer un charco de aguas turbias?
A estas alturas de la película
decir que estos encharcamientos temporales constituyen un Hábitat prioritario
recogido en la Directiva Hábitat, emanada de un desliz conservacionista del
Consejo de Europa del que estoy seguro que se arrepienten ahora, provocará la
risa floja a la mayor parte de los habitantes de Europa, seguro. Yo, que no soy
muy aficionado a las Directivas conservacionistas europeas (puro humo), siempre
he creído que precisamente en este caso daban de lleno en el blanco y que hay
pocos hábitats europeos más peculiares y amenazados.
El impresionante Cyzicus grubei |
El libro “La vida maravillosa” de
Stephen Jay Gould permanece entre mis favoritos desde que lo leí por primera
vez hace más de veinte años. La cuestión de la explosión de diversidad del Cámbrico
y sus colecciones de bichos raros marinos ha despertado mi imaginación
infinidad de veces, lo realmente maravilloso sería poder observar un fondo
costero de aquella época, si quiera unos segundos. Nos queda la contemplación
de documentales de cangrejos cacerolas con sus más de 400 millones de años,
mientras esperamos a que algún técnico de la BBC o de la OSF, durante sus
vacaciones en el Algarve o en el Levante, se dé de bruces con un minúsculo mar
del Triásico escondido en un pequeño charco de barro.
Tendrá que convencer a sus jefes,
explicarles que la sangría no ha tenido nada que ver y hablarles de Triops cancriformis, Triops emeritensis,
Cyzicus grubei, Maghrebestheria maroccana y Branchipus cortesi, que nadan entre helechos tan extraños como Marsilea batardae, Marsilea strigosa y Pilularia minuta.