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jueves, 3 de marzo de 2011

ORCAS EN EL ESTRECHO DE GIBRALTAR.

Grupo familiar de orcas frente a las costas de Tánger (Morocco).

Como unos turistas más cada verano un grupo de orcas noruegas se deja ver por las aguas del Estrecho de Gibraltar, para alegría de todos los que nos impresionamos con este bicho.
Las orcas noruegas se han hecho tristemente famosas por ser los animales más contaminados por productos químicos del Ártico. Dado que estas orcas noruegas se alimentan exclusivamente de pescado, del mismo que nos alimentamos nosotros, este dato es para no dormir tranquilo. Pero entre estas orcas también hay unas cuantas que son unas extraordinarias sibaritas, capaces de hacerse miles de kilómetros todos los años para cambiar por unos días los arenques por Atún rojo, lo que sin dudas, dado el sabor de ambos, es una prueba más de la inteligencia de esta especie.
Macho adulto de orca.

Las orcas además tienen muy controlada la cuestión. A finales de primavera o principio de verano los atunes rojos entran en el Mediterráneo a desovar y aprovechan las corrientes de aguas atlánticas poco salinas y superficiales. Estas corrientes discurren próximas a la costa de Cádiz y en la zona conocida como Monte Tartessos o Baja de Pescadores esta alcanza su menor profundidad. Allí los atunes tienen menos defensas y allí llevan miles de años atrapándolos las almadrabas. Por eso durante esta época las orcas se dejan ver cerca de la costa española. Terminado el desove, avanzado ya el verano, los atunes volverán al Atlántico siguiendo esta vez corrientes más próximas a la costa marroquí y allí se van las orcas a esperarlos.

Patera con pescadores marroquíes.

La convivencia con los pescadores parece haber agudizado el ingenio de las orcas, ya que hoy día prefieren arrebatarles los atunes a pescarlos. La captura del Atún exige persecuciones de hasta 30 minutos que dejan agotados al pez y a la Orca. Es mucho más fácil seguir a los pescadores y dejarles atrapar los atunes, para dar un gran mordisco en la ventresca del agotado pez al ser izado. Cuando el Atún no era tan escaso esto apenas importaba, pero hoy día el porcentaje de atunes comidos por las orcas preocupa a los pescadores. Con todo, no conviene olvidar que el problema es la falta de atunes y no las orcas.

Hembras junto al juvenil del año.
Los investigadores han identificado hasta 32 orcas en 5 grupos en el área del Estrecho. Cuando fuimos a observarlas sólo había dos grupos en la zona: uno con querencias muy marcadas de 9 individuos, incluida una cría del año, que interactuaban con los pescadores marroquíes y otro de 5 individuos que se movían por toda la zona. Conforme nos acercábamos a la zona frecuentada por el mayor grupo, nos topamos con un gran grupo de calderones comunes que nadaban en esa misma dirección. Según nos comentó el guía, la población residente de calderones es de unos 300 individuos y no le hace ninguna gracia tener a las orcas cerca, por lo que no resulta raro que, pese a su menor tamaño, las acosen hasta expulsarlas. Las orcas, que sólo habían venido al catering, son educadas y se marchan.
Hay constancia documental de la presencia en estas aguas de orcas, o Espartales como las conocen en Cádiz, desde hace al menos 500 años y seguramente sean muchos más. Si finalmente dejan de venir por la escasez de Atún las vamos a echar de menos, incluso en Cáceres.

2 comentarios:

  1. Que bueno haberlas podido ver y fotografiar, felicidades.

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  2. Los pelos de punta se me han puesto, Alberto, al ver tu entrada sobre las orcas en Gibraltar. Porque es uno de mis sueños aún no realizados: ver cetáceos en su casa, en el mar. Bravo por este reportaje de matrícula de honor. Un saludo,

    Ramón García

    (Nota: si quieres mirar por mi microscopio, acércate por mi blog. El cual me temo que no se actualiza en el reader para los suscriptores de antes de haberlo cambiado de nombre. Yo con esto de Internet soy un paleto. Lo dicho, un saludo gordo y hasta pronto ;)

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