Mi pequeña contribución a la carnicería: hembra de Ischnura graellsii de la forma naranja dando cuenta de un mosquito en Los Llanos de Cáceres. |
He sido un devoto aficionado a los documentales de La 2 desde que tuve la suficiencia de hacerme con el mando de la televisión después de comer. Por cuestiones laborales me he saltado esta costumbre unos años, pero ahora que me disponía a recuperar el tiempo perdido descubro horrorizado que son un tostón. Ahora comprendo aquella broma de que en España todo el mundo veía los documentales de La 2 para no tener que reconocer que seguía un culebrón o roncaba como un angelito.
¿Pero alguien puede soportarlos? Definitivamente, roncamos o vemos culebrones. Hoy día parece que las productoras de documentales lo tienen claro: hay que dar acción, hay que competir con los videojuegos y hay que ganarles, ofreciendo para ello más sangre que el más sanguinolento de los videojuegos. Afortunadamente a nadie le escandaliza ver morir a un ñu de 300 formas distintas sin ahorrar el más mínimo sufrimiento y tan tonta parece la pobre bestia, a la que su nombre no le ayuda, que casi deseamos que un león lo atrape y le ahorre sus días vacios. La vida del ñu es sencilla, nada más nacer se lo come una hiena. Si la hiena ya no puede digerir más carne de ñu, algunos de ellos sobrevivirán para ser despachados por los leones, por el día y por la noche, permanentemente. Lógicamente los cocodrilos no pueden comer ñu en medio de la sabana, pero esto lo arregla esta noble bestia montando unas migraciones del copón con el único fin de cruzar el único río de la sabana, para así permitir que los cocodrilos puedan comérselos.
Los míticos efectos especiales de David Bellamy |
El productor es un ser inteligente y sabe que el ñu es cansino, por lo que periódicamente recurre a los fondos oceánicos y a nuestro miedo más cerval: que nos coma un tiburón. Con el tiempo los reality show se realizarán en aguas sudafricanas y la gracia estará en ver a los concursantes desaparecer uno tras otro en las bocas del Gran Blanco. De momento tenemos que esperar, pero los ñus del mar, los leones marinos, nos van dando un aperitivo bien sea de la mano de la primitiva pero perfecta máquina de matar que es El Gran Blanco o de esa inteligencia al servicio del mal que es la Ballena Asesina.
Las no menos míticas introducciones de David Attenborough |
Mis favoritos son tres ecopijos que llevan 14 años dando el coñazo a los grandes felinos del Parque Nacional de Masai Mara. Cada uno en su todoterreno, pasan todo el día quemando combustible y haciendo un arte de las rodadas. Unos tíos y tía que no se bajan del coche, literalmente ni para hacer sus necesidades, lógicamente poco iban a poder ver (¡A qué le temen!, si están siempre rodeados de ñus), pero eso lo solucionan llenando el parque de batidores nativos cada uno con su propio todoterreno, en un despliegue más propio del Paris-Dakar. El contenido es lo de menos, sólo se les ve a ellos conduciendo y de vez en cuando a algún ñu efectuando su papel. Además como todos los capítulos son iguales e intercambiables puedes estar emitiéndolos indefinidamente. Hasta tienen capítulos especiales tan de moda como los "cómo se hizo" o con análisis a cámara superlenta de los mejores ataques.
Y lo más triste es que a los grandes maestros de esto, aquellos que de pequeño me engancharon, se les trata con una hipocresía impresionante. Sí, es cierto que a Attenborough, Bellamy, Cousteau y Rodríguez de La Fuente todo el mundo les reconoce sus méritos, como a la Unidad de Historia Natural de la BBC o a la Oxford Scientific Film, pero también se les ha considerado manipuladores y falsificadores, por decirlo suavemente. Algo ya anacrónico y de unos tiempos mucho menos avanzados y profesionales. Como los documentales hoy día ya no tienen nada que contar, pueden prescindir de un comunicador carismático y buscan el espectáculo y lo más fácil es la sangre, las 3D, HD, Satélites, ultra alta velocidad, etc. Nunca más cerca el famosísimo verso de Tennyson “Tho´Nature, red in tooth and claw”.
Yo he descubierto una alternativa, los telefilmes que emite a esa hora otra cadena. Son como culebrones made in USA concentrados en un capítulo, aunque los alemanes son muy valorados en casa. Es oír la música de la cabecera y la voz en off de la traducción del título (siempre más truculento que el original) y ponerme a roncar.
Os recomiendo esta magnífica web: http://www.wildfilmhistory.org/
Esto tienes que publicarlo en algún medio escrito. Pero ya !!
ResponderEliminarCartas al director deberías haber titulado la entrada, mira que ultimamente, escepto los pesados de los felinos, han ido reponiendo capítulos esbozados con las sobras de la película "NÓMADAS DEL VIENTO" o de colages preparados con las series de la BBC de Atemborough "Life birds" volviendo a ver al Ave Lira hacer los ruidos mas insospechados. pero en fin no hay originalidad como aquellos de "La vida de las plantas" eso si que era una microescursión.
ResponderEliminarUn saludo
Que razón tienes Alberto, además los repiten sin cesar, los que merecen la pena, como los de la BBC que emitieron hace poco, los colocan los sábados a las 13h. En fin, habrá que darles la razón a los que simplemente los utilizan para echarse la siesta, aunque mi favorito para eso es el Tour de Francia, lástima que sólo sea en julio.
ResponderEliminarUn abrazo
Ay, Alberto, por Dios… ¡¿Qué te está pasando?! Te muestras frío como un témpano de hielo, ácido con un limón inmaduro (esto no va con segundas por eso que se dice de que los de tu especie maduráis lentamente. Como el buen vino, añado yo… que soy muy diplomática). Te has vuelto (¿o ya eras y yo no me había dado cuenta?) malo, malísimo. Te has vuelto pérfido. Es que no tengo palabras. Te has vuelto… Te has vuelto… ¡Te has vuelto casi como un guionista de documentales! Ahora mismo me pongo manos a la obra a ver si consigo montar la asociación “Salvemos a Alberto”: transfusión de emergencia de fe y confianza en la recuperación de la especie. Ya no voy a decir mejoramiento, porque hasta mi optimismo exacerbado tiene sus límites. Que me estoy haciendo mayor yo también. Besos
ResponderEliminar¡Excelente artículo!: has conseguido poner en palabras cosas que sentimos ya muchos. Estoy totalmente de acuerdo, y es en verdad patético ver cómo se va imponiendo ese estilo tan zafio como contraproducente. Bravo, y gracias por esta claridad que nos aportas,
ResponderEliminarRamón García