Umbría de Valcorchero desde el camino viejo. |
Sé que el energúmeno que lanzó la colilla por la ventanilla
de su coche nunca leerá esto, probablemente no haya vuelto a leer nada desde
que dejó los estudios. Hay muchas posibilidades de que ni siquiera sea de la
zona y tan sólo circulara por la autovía en busca de la playa o a la vuelta de
ella, por lo que nunca tendrá noticias de lo que ha hecho. Da igual, seguirá
siendo un mal nacido, incluso en su ignorancia.
Si un pirómano hubiese elegido un lugar donde hacer daño no
creo que hubiera tenido muchos lugares mejores, ni unas condiciones ambientales
más favorables. La zona de Valcorchero-Sierra del Gordo es un lugar que nos
permite ver el tránsito de la vegetación mediterránea típica de la Penillanura
cacereña, con sus encinares y acebuchales, hasta los bosques de robles rebollos
del supramediterráneo del Sistema Central, pasando por los alcornocales y los
quejigares, sin olvidarnos de otras formaciones ligadas a condiciones
microambientales favorables como los cornetales de cornicabra, los bosquetes
colgados de almeces o los rodales de fresnos en vaguadas frescas. Todo ello
acompañado de rodalillos de majuelo, piruétanos y abundantes aladiernos. Es un
ejemplo de libro, como la típica catena dibujada en un libro de vegetación,
tanto es así que hace años los estudiantes de la Universidad de Salamanca solían
venir a esta zona a ver esta transición tan “académica”.
El incendio, que inexplicablemente ha pasado de la umbría (Autovía
de La Plata) a la solana (Embalse del río Jerte) y ha quemado más de 300 ha, ha
afectado justamente a la banda de transición de buena parte de esta vegetación,
al punto donde los robles se mezclan con los quejigos y estos con los alcornoques,
donde el cornetal era más denso y donde la dehesa de encina da paso al
alcornocal de sierra. No lo he comprobado, pero es muy posible que los
escasísimos rebollos de Valcorchero, que marcaban el límite inferior del rebollar
se hayan visto afectados, al igual que los escasísimos madroños y durillos que
sobrevivían enriscados en la cuerda.
Umbría de Valcorchero. |
En esta zona de matices muy sutiles todo estaba donde debía estar
(con permiso de las vacas que han abusado de esta zona tradicionalmente) y los
efectos reales sólo se podrán ver con el paso de los años. El daño al arbolado
adulto tardará años en verse en su totalidad pues muchos han quedado tocados
internamente, los arbolillos jóvenes han muerto casi todos, algo preocupante
pues era el regenerado el mayor problema de la zona. En cuanto al matorral no
creo que fuera excesivo, salvo por algunos zarzales gigantes que daban refugio
a la aves y a los arboles jóvenes.
Conozco individualmente a muchos árboles de esta zona, a este Quejigo en concreto desde que medía unos 2 m. |
En mi corto paseo por la umbría aún humeante me animó un poco
escuchar currucas cabecinegras en algunas zonas (en Navalonguilla pueden ser
más serios los daños), espero que las labores tras el incendio sean acordes con
la singularidad del paraje. Yo me limitaría a excluir de la zona al ganado
durante unos años, controlando el pasto y que la Naturaleza intente recomponer
de nuevo sus equilibrios.
Estas perrerías a la naturaleza me ponen malo. Muy triste lo que nos cuentas, Alberto.
ResponderEliminarMuy triste la sensación de impotencia al reconocer un paisaje y a unos viejos amigos afectados por el fuego, pero mucho más lamentable la sensación de impunidad que queda después de un incendio. Comprendo lo que sientes.
ResponderEliminarUn abrazo, Alberto.
Nunca he pisado el lugar, pero desde la carretera se veía esa diversidad de la que hablas. De todos modos, la gente no aprende. La nube del incendio se veía desde Piornal (era donde yo estaba), y al día siguiente unos cabrestros del lugar estaban quemando rastrojos o vete a saber qué y casi la montan otra vez junto al pinar del pueblo.
ResponderEliminarSaludos