Macho de Collalba gris observando con lástima a un humano. |
Lo del 40 de mayo y los sayos ya me lo conozco, pero eso no
quita para que cada año se me olvide.
Dejo el coche a unos 1400 m, el día está gris, con nieblas y
ha estado lloviendo a cántaros toda la noche. El termómetro del coche marca 3°
C, bueno creo que con la chaqueta de Goretex y una camiseta térmica ya llevo
suficiente sayo para unas horas.
La brisita que me recibe nada más salir del coche me hace
apretar el paso, pero al llegar a la cuerda la brisita llamó a su hermano mayor
el ventarrón y ahora puedo confirmar que voy muy justito de ropa de abrigo. Por
otro lado, soy incapaz de seguir andando tan rápido. Me asaltan las dudas por
primera vez.
Allí abajo el coche aún se puede ver y me asaltan las dudas
por segunda vez. Comienza a llover, una lluvia horizontal de gotas grandes y
frías que no estaban en el guión según la web meteorológica, que hablaba de
lloviznas, pero como los vientos fuertes tampoco lo estaban no me voy a
enfadar. Las dudas ya no tienen nada que asaltar y comienzo a bajar.
He atravesado una pradera empapada y las botas empiezan a
hacer agua, pero al menos ha dejado de llover, aunque el viento no para. El
cielo está gris, hay bancos de niebla y hace un frío del carajo, pero esto no
le importa a una Alondra que, totalmente empapada, se pone a cantar desde una
roca mientras deja las alas colgando para secarlas. Vale que no es su glorioso
canto de vuelo, pero canta.
Llegando ya al coche atravieso un collado donde el viento
sopla con mayor fuerza, allí me encuentro a un macho de Collalba gris también
empapado. Imagino que su pareja estará por allí intentando mantener caliente
sus huevos en un día de perros como este. Por un instante siento lástima por
ellos, pero me dura muy poco, porque el tío se arranca a cantar en lo alto de una
piedra, embolado y empapado pero sin inmutarse por el viento, que deja al
descubierto su piel en el pecho. Ahora siento lástima de mí mismo, me siento
realmente insignificante delante de un pajarillo de unos pocos gramos que ha
soportado sin Goretex una noche entera de lluvia y vientos a temperaturas
cercanas a 0° C y que ahora se permite el lujo de cantar cuando tiene todavía
su cuerpo empapado. ¿De qué coño están hechos los pajarillos?
jeje, nos lo hemos gastado todo en el cerebro... Nos teníamos que haber dejado algo más de pelo, para aguantar a la intemperie al menos una mañana....
ResponderEliminarLos pajaritos, por si no lo sabías, están hechos de pura naturaleza; por eso aguantan el clima duro. Nosotros somos estufas de invernadero y así nos va por los montes..
ResponderEliminarQue tus botas hicieran agua es lo propio: se estaban calando. Lo lamentable es que se te hubiesen puesto a hacer "aguas", como leo tantas veces en publicaciones redactadas por gente habituada a escribir sin respeto al idioma. Me agrada saber que no solo eres un estupendo ornitólogo, sino que además hablas con propiedad.y las botas no se te mearon encima.
Da gusto seguir tu bitácora. .
Pues al menos una, El halcón maltés, estaba hecho de la misma materia de la que se hacen los sueños, no?
ResponderEliminarUn abrazo