Flora Ibérica (Vol. XX , 2013) lo tiene muy claro y el otrora
popular Iris lusitanica pasó a mejor
vida. Amén.
A mí, sin embargo, siempre me
quedará la espinita de que aquí había algo más. Desconociendo cómo se comporta
este lirio fuera de la Lusoextremadurense,
lo cierto es que dentro de ella su reino está en la cuenca del río Tajo, sobre
todo en sus riberos. Por algo llegó a ser el símbolo del Parque Internacional
del Tajo. En ellos sus poblaciones, en años de lirios, alcanzan los miles de
individuos y ocupan decenas de hectáreas. Sus impresionantes flores
amarillo-dorado resplandecen dentro de estos duros y grises ambientes, entre
acebuches, esparragueras y espinos. Convirtiendo, por unos días, algunos de estos
empinados y modestos ambientes en jardines colgantes. Las formas azules y
blancas de Xiphion vulgare son
testimoniales aquí (numéricamente y
por área de ocupación).
Fuera de la cuenca del Tajo,
parece que la planta se vuelve más “tímida” y recuerda más a su pariente azul.
Ocupa olivares y terrenos soleados de una manera más dispersa y escasa, desde el
sopié del Sistema Central cacereño hasta la Campiña sur pacense.
Siendo, como somos, animales de
etiquetas, sería una pena que ahora que no es un “bello endemismo” pasase a ser
“otro yerbajo”.
'Qué belleza!
ResponderEliminarUn abrazo.