Androsace vitaliana subsp. assoana. Sierra del Losar (Cáceres). 2.175 m. |
No es difícil encontrar “parecidos razonables” a los
endemismos gredenses entre las especies que ocupan la zona baja de la sierra, no
en vano estas especies surgieron aquí a partir de especies locales. Esto es algo
que no pasará con las plantas venidas de las montañas alpinas y asiáticas como Linaria alpina, Pulsatilla alpina o Androsace vitaliana, entre otras. Tal
como yo lo veo, al pasear por estas sierras los endemismo me dicen que estoy en
casa, pero son esas otras plantas las que me dicen que estoy en una montaña de
verdad.
Cuando ya llevas unas horas caminando por la sierra todo esto
se te olvida y comienzas a entender lo duro que debe ser para esas plantas de
regiones alpinas adaptarse a unas montañas mediterráneas como la Sierra de
Gredos, valoras más la suerte que tenemos de poder contemplar en ellas a ese
puñado de plantas heroicas que se afanan en esquivar a cabras y cambio
climático y, por qué no decirlo, te maldices por tenerlo tan complicado para
disfrutarlas. En el caso de la Gregoria, una de las mayores rarezas de la flora
extremeña, maldecir se queda corto, pues no creo que haya otra especie de flora
en Extremadura que nos exija mayor esfuerzo para llegar hasta ella y al
esfuerzo físico hay que unir la quemazón psicológica de comprobar que una
planta que se encuentra en bordes de pistas o incluso taludes de carreteras en
los Pirineos requiere aquí varias horas de caminata.
En el punto más alejado de cualquier pista de la Sierra del
Losar de la Vera (Cáceres), por encima de los 2.170 m, nos encontramos con esta
especie perteneciente a uno de los más nobles géneros de plantas alpinas: las Androsace o jazmines de roca. No son
muchas, yo llegué a contar un año sólo 35 y no creo que su número llegue a los
100, en realidad no son más que la prolongación de una población abulense de
unos 5.000-10.000 individuos, la única de la Sierra de Gredos y una de las dos
únicas conocidas en el Sistema Central.
Tan aislada está en estas montañas que durante años se la
consideró una subespecie endémica de Gredos, la subespecie aurelii, dedicada a Aurelio Delgado, montañero. Hoy día se vuelve a
incluir a esta población en la subespecie assoana,
la misma que está presente en Sierra Nevada, Guadarrama y el Rincón de Ademuz.
La Gregoria florece temprano, para lo que se estila entre las
flores de alta montaña, y así podemos verla en flor desde finales de mayo a finales
de junio, momento en que la especie se hace muy visible porque sus plantas se
cubren completamente de flores amarillas, que destacan poderosamente en los grises
medios rocosos que habita. Ocupa gleras estabilizadas junto a prados de cumbres
(psicroxerófilos) en los que no penetra y siempre en las zonas más altas.
Comparte su hábitat con Jurinea humilis,
Plantago alpina, Sedum brevifolium, Biscutella valentina subsp. pyrenaica y Hieracium sp.
Te felicito por el hallazgo y por las buenas fotos que has hecho.
ResponderEliminarEsta es una de esas pequeñas maravillas que se esconden entre las rocas.
Un abrazo.
A esta ya me gustaría echarle el ojo por Gredos. La tengo vista de Sierra Nevada y me agradaría tropezarme con ella por Gredos y poder comprobar las semejanzas con las plantas nevadenses.
ResponderEliminarUn saludo compañero.
¿Porqué será que las plantas endémicas son todas tan bonitas? Excelente entrada, Alberto. Un saludo.
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