Este es el más curioso de los siete y seguramente el más fotografiado. ¿Será Kikuchio? |
No está siendo un otoño especialmente rico en rarezas
ornitológicas en Extremadura, más bien todo lo contrario. Por suerte, los siete
chorlitos carambolos de Cuatro Lugares están dando mucho juego.
Ellos solos, como los siete samuráis de Kurosawa, se bastan
para enfrentarse día tras día con los inagotables pajareros que hemos decidido
ir a visitarlos. Como buenos samuráis no tienen miedo y no se achican ante un
cara a cara, lo que me animó a acercarme a observarlos una tarde con mi hija de
3 años, algo impensable con la mayoría de las aves.
El lugar elegido obviamente les ayuda a camuflarse. |
Rara vez se agrupan, lo habitual es que dejen al menos un metro entre ellos. |
Sin embargo, es una pena que algunos no sepan valorar tanta
confianza y vayan más allá, sobrepasando su distancia de confianza,
convirtiendo una observación placentera en una molestia para las aves. De
momento estos samuráis están demostrando que está forjados en acero de ley y se
mantienen firmes, pero no sé cuánto tiempo más serán capaces de soportar a esa
gente que no respeta las normas.
Este (¿esta?) parecía estar al mando de la partida. |
Mantienen un ciclo frenético de alimentación-reposo-alimentación. |
Que un grupo de pájaros corra hacia ti cuando estás
observándolos es un privilegio que deberíamos saber respetar.
Jo, qué suerte con tus chorlitos samurais... Los míos debían ser como los campesinos de la peli del Kurosawa, que se tiraban la mitad de la película corriendo de un sitio para otro...este año yo los he visto, cerca de avefrías, al lado de la mina El Salvador en Aldea Moret.
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