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domingo, 18 de marzo de 2012

LORERAS EN APUROS.

Un panorama insólito entre nuestros árboles mediterráneos, pero habitual en las loreras: loros (Prunus lusitanica) acodándose,
 en una imagen más propia de una selva tropical.


La Lorera de la Trucha es un regalo que la Naturaleza ha dado a Extremadura y no me importa resultar cursi al decirlo así.

Afortunadamente este regalo está, desde hace años, protegido bajo la figura de Árbol Singular. Sin embargo, ahora la propia Naturaleza (con la ayuda del hombre, claro está) se ha convertido en la mayor amenaza para esta reliquia de nuestro pasado subtropical.

El cambio climático va cada vez más rápido y eso supone más aridez, algo que no le gusta al Loro (Prunus lusitanica). La Lorera de la Trucha lo está notando, sus loros parece que se resienten y la fauna del entorno cada vez les presiona más.

Es típico de las loreras extremeñas que se asienten sobre suelos raquíticos junto a cauces de agua. Ello da lugar a unos sistemas radiculares poco potentes que tienen consecuencias fatales. Cuando los loros alcanzan gran porte (como también sucede con los alisos y fresnos que los acompañan) se desploman, al no poder contrarrestar sus sistemas radiculares las presiones ejercidas desde la copa por árboles tan grandes. Esto crea unos claros en las loreras que, como ocurre en la selva, permiten una explosión de las nuevas plántulas de loro que de manera natural cierran ese claro en pocos años. Hoy día esto no está sucediendo y los claros no se cierran, con lo que las loreras se están fragmentando, haciéndose cada vez más vulnerables. Es como una herida abierta por la que se están desangrando.
La lección del día por los expertos. Las hiedras tienden a desarrollar cortezas parecidas
a las del árbol sobre el que crecen, aquí un roble musgoso (afectado por la sequía).


Parece que la causa fundamental es la presión que ciervos, jabalíes y, sobre todo, corzos están ejerciendo sobre las jóvenes plántulas de loro, acabando año tras año con el 100 % de ellas y con ello anulando la capacidad de regeneración natural de la especie que, por otro lado, en años secos ya se ve bastante mermada.

1 comentario:

  1. La verdad que debe ser una zona preciosa. Queremos visitarla, yo (miguel) estudié en Plasencia y estuve atento a las evoluciones que hacía el grupo de investigación con este precioso arbolillo.
    Supongo que es cierto que la gran densidad de bichos en las Villuercas termina con las jóvenes plántulas, una pena.

    Saludos Alberto

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