Rhaponticum exaltatum. Guadalupe (Cáceres), 1000 msnm. |
En el mes de junio las flores han
desaparecido de los rebollares de Las Villuercas, el pardo comienza a ser el
color dominante y nuestros pasos ahora crujen al pisotear la hojarasca reseca. Parece
que estos bosques han entregado la cuchara hasta el otoño.
Pero es en junio cuando debemos
buscar a dos de las joyas botánicas de estas sierras, una relativamente abundante
y otra muy rara. Dos especies que nos recuerdan lo frescos y húmedos que
llegaron a ser estos bosques en otro tiempo, por mucho que ahora cada vez se
parezcan más a los alcornocales.
Centaurea toletana. Garciaz (Cáceres), 1100 msnm. |
En el suelo, de color amarillo,
la Centaurea toletana y a la altura
del pecho, la escasa Rhaponticum exaltatum,
que antes era conocida por el más bonito nombre de Leuzea rhaponticoides. Ambas endemismos ibéricos y ambas cardos, al
fin y al cabo.
Por la sierra de Huelva no es raro tropezar con una especie de Rhaponticum, que yo pienso que es el coniferum, Esa Centaurea en cambio no la he visto nunca
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