Scrophularia oxyrhyncha. Sierras Centrales, Badajoz. |
Las orquídeas y en menor medida
los narcisos, se llevan la mayor parte del interés de los aficionados por la
flora en Extremadura. Es una pena, porque se suele dejar de lado a una de mis
familias favoritas dentro de las plantas: las Escrofulariáceas (Scrophulariceae).
Dicho así no suena muy prometedor, pero si decimos dedaleras (Digitalis), verónicas (Veronica), escrofularias (Scrophularia), bocas de dragón (Antirrhinum), linarias (Linaria), eufrasias (Euphrasia), crestas de gallo (Rhinanthus), etc., la cosa cambia.
Tenemos de pronto ante nosotros una colección digna del mejor de los jardines
botánicos, llena de plantas de gran belleza, algunas de ellas capaces de
competir con cualquiera de nuestras orquídeas, y llena también de raros
endemismos.
Ahora mismo tenemos en Extremadura
en flor a las escrofularias, unas plantas que a simple vista nos parecen el
típico yerbajo amante de la materia orgánica, pero que en un segundo vistazo
empiezan sorprendernos por sus llamativas flores en como pequeños odres rojizos
con orejas agrupadas en varas. Atraen a los bichos con su abundante provisión
de néctar y también a algún aficionado a las plantas, que sabe que por aquí
tenemos joyas como la Scrophularia
oxyrhyncha de las cuarcitas del centro de Badajoz y en menor medida Córdoba
y Ciudad Real; la Scrophularia sublyrata,
endémica del suroeste peninsular; la rarísima Scrophularia arguta, con sus enigmáticas poblaciones murciana,
granadina y cacereña y las endémicas de Gredos Scrophularia reuteri y Scrophularia
bourgaeana (esta en realidad un subendemismo casi exclusivo de Gredos).
A mí me encantan. Saludos.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Aunque las orquídeas son auténticas reinas, hay muchas princesas escondidas por ahí. Ayer echaba fotos a un simple y vulgar Galactites tomentosa (creo que se llaman así esos cardos), saliendo de un desagüe. Y por muy simple que sea, es hermoso.
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