Hoy nos puede parecer increíble,
mágico incluso, pero mucho tiempo antes de los Fondos de Cohesión, antes de que
Calatrava enseñara al mundo cómo hacer un puente, la gente se buscaba las
maneras para no mojarse los pies más de lo necesario.
Sabiendo que nunca nadie en
ningún lugar del Planeta, ni en ninguna época, va a construir otro puente de
Alcántara, es tontería emperrarse en gastarse el dinero en hacer un puente
fino, sobre todo si lo tiene que pagar uno.
Pero tampoco hay que actuar sin
estilo, tan grave es pecar por exceso, como ser un cutre. En ese punto exacto
es donde estaban estos constructores de Torremocha. El puentecino bonito para
que pase un burro con los sacos de harina de los molinos. El paso elevado, pontón
o como quiera que se llame, para pasar a pie de camino al huerto o a los olivos,
las bestias que se mojen las pezuñas.
Esta es una forma de pensar
bastante saludable, tal y como yo lo veo, y no tardaremos en volver a ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario