El olmo en 2015. A la izquierda el olmo del huerto. |
En 1963 la Villa del Arco se
incorporaba al ayuntamiento de Cañaveral (Cáceres). Se ponía fin así a siglos
de historia de una antigua villa del reino de León, que algunos quieren ver
como la continuadora de la Arquius
romana.
La Villa del Arco, a pesar de no
llegar nunca a ser una localidad muy poblada, gozó de cierta importancia por su
proximidad a importantes vías de comunicación y por contar con abundantes
fuentes que manaban todo el año, lo que la convertía en paso obligado. En 1800
Madoz da la cifra de 40 casas y 210 almas, existiendo dos barrios y siendo su
producción más afamada los limones y naranjas que se producían en sus bellos
huertos abancalados.
En los años 60 la villa fue casi
abandonada, sólo se mantuvo la familia Cornelio, que todavía se mantiene fiel a
su villa.
El olmo en la primavera de 1998, aún sin signos de grafiosis. |
Hace poco pude hablar con Julián
Cornelio acerca del Álamo de la Plaza, un árbol que conocieron al menos 4
generaciones de su familia, que no son pocos años pues la longevidad en la
familia es impresionante. Su padre, recientemente fallecido a la edad de 90
años, aún pudo conocer los plenos del ayuntamiento de la Villa del Arco, que se
celebraban bajo la copa del Olmo de la plaza. Los últimos debieron realizarse a
principio de los años 40 del siglo pasado, cuando en la villa aún se contaban
14 vecinos.
En 1998 el Olmo del Arco sufrió
un severo ataque de grafiosis, aunque rebrotó al año siguiente y se le
inyectaron fungicidas en sus raíces de manera desesperada, el árbol ya estaba
condenado y murió con el siglo. Sus restos con buen criterio se han conservado
en la plaza y en su entorno aún sobreviven algunos olmos que podrían ser sus
hijos. Uno de ellos, que vegeta en un huerto junto al viejo olmo, podría ser
incluso un brote de raíz independizado antes de la grafiosis.
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