El sábado pasado, aprovechando que no
hay mucha nieve, me di un paseo por la Sierra de Béjar. No pasé de los 2000 m por la gran cantidad de hielo. En la zona, típica de piornal, sólo encontré algún
Acentor común que canturreaba tímido y la Curruca rabilarga, que no abandona estas alturas en invierno, algo que no deja de sorprenderme cada vez que me cruzo con alguna.
Más me sorprendió encontrarme con
algunos narcisos (Narcissus
bulbocodium) en flor en cervunales a 2000m. Cierto que los narcisos son
retronivales, pero estos pobres se han comido las heladas más duras del
invierno y aparecen totalmente liofilizados por la congelación. No recuerdo
haber visto nunca narcisos tan precoces en la sierra.
La naturaleza se está volviendo loca con tanto cambio climático. Bueno, y no sólo la naturaleza. Besos.
ResponderEliminarCuriosa la existencia de ese narciso, yo también creo que el cambio climático que se anunciaba hace años y del que todos se reían está empezando a hacerse notar y es bien patente para todos.
ResponderEliminarUn abrazo.