Mucizonia hispida. Valdecañas de Tajo, Cáceres. |
Los desalmados que desde Bruselas redactan las Directivas decidieron
un buen día que había que proteger no sólo las especies, sino también sus
hábitats. Esto está muy bien y lo firmaría cualquiera que ame la Naturaleza.
Creo que eso precisamente es lo que les dio vergüenza a estos seres grises sin
corazón y por ello decidieron crear el famoso Anexo I de la Directiva Hábitat.
Habían tenido su momento de debilidad y ahora lo pagaríamos todos.
Sedum sediforme. Valdecañas de Tajo, Cáceres. |
Incluso intentando ser benevolente con la traducción, toda
aquella persona que se acerque a disfrutar de las plantitas que crecen en un
cantil calizo deberá saber que está ante un Hábitat de Interés Comunitario, ni
más ni menos que las “Pendientes rocosas calcícolas con vegetación casmofítica”,
más conocidas como Código 8210. Con ese nombre cualquiera se las llevaría a
casa, enternecido de manera irresistible.
Asplenium ceterach. Valdecañas de Tajo, Cáceres. |
Esto es una Directiva, ¡qué coño!, que se note que es un documento muy formal, muy técnico...y muy ambiguo. Los Bruselianos intentaron dotarse de un extremado rigor y decidieron seguir las leyes de la Fitosociología, que ya lo tenía todo bien compartimentado. La Naturaleza no conoce de compartimentos y los Bruselianos no conocen de fitosociología. El resultado fue conmovedor…y comenzaron a aparecer los famosos Manuales de Interpretación en un intento para que los humanos podamos interpretar el pensamiento Bruseliano.
Eso de las pendientes daría para una novela de Dostoyevsky. Sea como sea, en la provincia de Cáceres hay pocos lugares donde podamos disfrutar de este tipo de hábitat y para mí el mejor está en las calizas cámbricas de Valdecañas.
Coronilla glauca y detrás de ella Phagnalon saxatile. Valdecañas de Tajo, Cáceres. |
Allí, a la consabida comunidad de helechos de las fisuras de las rocas calizas, con Cheilantes acrostica y Asplenium ceterach como especies más comunes, podemos unir dos plantas crasas de gran belleza, Sedum sediforme y Mucizonia hispida, que colonizan fisuras y repisas menos húmedas y la pequeña Galium verrucosum de florecillas blancas, que en Cáceres sólo se conoce en intercalaciones básicas. Tenemos también un grupo de especies asociadas a la roca, que podemos encontrar igualmente en los berrocares graníticos cercanos, como Antirrhinum graniticum, Phagnalon saxatile, Rumex induratus o Umbilicus rupestris. Finalmente, aunque no son propiamente especies de este hábitat, procediendo de los inmediatos a él, destacan por su belleza algunos ejemplares enriscados de Coronilla glauca (muy, muy rara en Cáceres), Narcissus cantabricus o Delphinium staphisagria.
Preciosas estas especies que crecen en las hendiduras de las rocas, poco conocidas y muy interesantes.
ResponderEliminarSe intentan proteger estas curiosas especies, pero con tantas normativas y listas de "en peligro de extinción" nos acaban volviendo locos a todos!
Un abrazo.