Duelo al sol en el antiguo glaciar de Cuerda Llana. |
No soy yo muy amigo de vacadas en la alta montaña extremeña, terrenos que siempre han sido más de cabra y oveja, ahora en horas bajas. Los daños que llegan a hacer son bastante evidentes en unos terrenos de suelo escaso y gran desnivel, salpicados por parches de suelos higroturbosos. Pero son tan bonitas las vacas berrendas coloradas, las madres de las famosas Longhorn tejanas, que uno se olvida de todo y además estamos en Tornavacas.
Para llegar a los frescos regajos primero hay que cruzar los secos piornales. |
En junio de 2014 me encontré con
esta vacada subiendo por las viejas trochas, en dirección a los regajos donde
pasarían en verano. A la hora del bocata, donde un día estuvieron los hielos
del glaciar de Cuerda Llana, dos de estas vacas aparecieron entre los piornos y
mostraron un preocupante interés por mi comida. Ellas estaban rodeadas de nardetas,
megaforbios y dios sabe cuántas cosas más de las que suele comer una vaca. Yo
sólo tenía un bocata…y lo defendí.