Anax imperator cazando sobre boñigas de vaca. |
El emperador (Anax imperator) dominaba con mano firme
la pequeña charca abrevadero. En su continuo patrullar era implacable y todos
los machos del resto de las especies, superados en tamaño y gallardía, debían
emigrar u ocultarse entre la vegetación para no ser vistos.
Aproximación rasante de hembra de Libellula depressa. |
Realizando la puesta. |
Tanta tiranía escondía, sin embargo, a un padre preocupado con el
porvenir de sus hijos. Es sabido que no hay peor enemigo para una larva de
libélula que otra larva de libélula y así, las más fuertes se comerán hasta la
última de las más débiles si la charca es pequeña. Esto lo sabe el emperador,
como también sabe que sus hijos crecen más despacio que los de sus rivales,
siendo con esto vulnerables ante ellos. Por eso hace bien el emperador al ser
implacable con otras libélulas, como Libellula
depressa u Orthetrum cancellatum,
impidiéndoles poner sus huevos en la charca reservada a sus hijos.
Por desgracia el
emperador no es una máquina y de vez en cuando tiene que comer. Así, ante la
aparente tranquilidad de la charca, decidió ir hasta las boñigas de vaca del
prado cercano, donde capturó algunas moscas. Su descuido no pasó inadvertido
para una furtiva hembra de Libellula
depressa, que apareció con vuelo rasante y colocó su puesta sobre unas
algas flotantes dentro de la charca del emperador. Una operación rápida,
perfectamente comparable a una incursión militar. Pero las desgracias del
emperador no habían terminado aún. Justo en el momento en que el emperador
dejaba la charca, la emperatriz se dispuso a realizar la puesta, encontrándose
desprotegida frente al violentísimo acoso de un macho de Orthetrum cancellatum, que había ocupado el puesto del emperador en
su ausencia. La emperatriz acosada decidió abandonar su charca y depositó los
huevos en una charca mucho más pequeña situada a escasa distancia.
Macho de Orthetrum cancellatum ataca a la hembra de Anax imperator. |
Cuando regresó el
emperador la charca volvió a ser un lugar desierto, salvo por unas parejas de Sympetrum fonscolombei, cuyas larvas no
suponen una grave amenaza para las larvas de Anax imperator, más bien, son una presa potencial.
Hembra de Anax imperator realizando la puesta. |
El emperador continuó la
vigilancia de una charca que ahora contenía los huevos de su rival, mientras
que los suyos, por obra de otro de sus rivales, se criarían en una charca mucho
más modesta ignorada por él. Pero quién sabe si esta charca no es ahora más
segura, mientras que en su charca las larvas de Libellula depressa y Orthetrum
cancellatum se preparan para aniquilarse mutuamente. La Naturaleza es lo
que tiene.
Mulas en Afganistán, incursiones aéreas, ataques sorpresa,...
ResponderEliminarCómo se está poniendo esto de ir al campo !!
Magníficamente relatado y mejor fotografiado
Saludos
Y mientras tanto dándote todo el sol en la cabeza...je, je
ResponderEliminarEs lo que tiene esto de arrimarse a una charca y liarse con las libélulas.
A propósito tengo alguna foto más de los descorchadores.
un saludo
De repente me he sentido niño, y disfrutando en el cine una peli de acción.
ResponderEliminarAl final, si la peli me gustaba, aplaudía.
:-)
Muy bien narrado e ilustrado el episodio, ya esperamos las nuevas entregas de la saga "Odonata" a la que nos hemos aficionado
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