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martes, 29 de enero de 2013

El Piquituerto (Loxia curvirostra). Common Crosbill.

Macho de Piquituerto cantando. Sierra de Béjar, 1700 m.

Aunque no es un pájaro abundante en Extremadura tenemos la suerte de poder disfrutar de esta especie en algunos puntos contados de las sierras de Gredos y Béjar y de manera aún más puntual en las sierras de Gata-Hurdes, donde no parece probable que lleguen a reproducirse.

Desde pequeño he tenido a esta especie entre mis favoritas, entonces me la imaginaba como un habitante típico de los extensos bosques de coníferas de la remota Taiga, sin imaginar que a 40 km de mi casa criaban tan tranquilamente.


Hembra de Piquituerto. Sierra de Béjar, 1700 m.

Los piquituertos ibéricos parecen pertenecer a la subespecie nominal (Loxia curvirostra subsp. curvirostra), no así los de Baleares que pertenecen a una subespecie endémica de las islas (Loxia curvirostra subsp. balearica). No obstante, se pueden observar diferencias en la morfología del pico y longitud de las alas entre pájaros que viven en zonas de pinares de Pinus sylvestris y los que viven en pinares de Pinus halepensis, diferencias que parecen deberse a la mayor estabilidad de producción y mayor tamaño del fruto de la segunda especie. Curiosamente, las ardillas parecen producir conos más gordos en los pinos de los que se alimentan, que son más difíciles de abrir y afectan a los piquituertos que desarrollan picos más gruesos en esas zonas, que los llevan a parecerse a los piquituertos loritos escoceses (Loxia scotica).


Macho de Piquituerto. Sierra de Béjar, 1700 m.

El hecho de alimentarse de un recurso tan variable como son las semillas de coníferas han dado lugar a dos de los comportamientos más característicos de esta especie: las irrupciones y la capacidad de criar en cualquier mes del año. Unos investigadores franceses han llegado a la conclusión de que un Piquituerto necesita de 80 a 280 pinos silvestres para alimentarse durante un año, que ya son piñones. Más aún, un pájaro criando necesitará unos 4.000 piñones al día. Con estos números, es fácil imaginar que cuando la cosecha de piñones de las piceas baja en las regiones más norteñas los piquituertos de esas zonas se tengan que buscar la vida en otra parte. En los últimos 100 años se han producido al menos 40 irrupciones de este tipo en Europa occidental. Según parece las aves proceden de regiones siberianas más allá de los Urales que, después de meterse un viaje de 2.500-3.000 km, se plantan en los pinares europeos en verano e inmediatamente se disponen a criar, justo cuando sus parientes locales ya han terminado su ciclo reproductivo iniciado en invierno.

martes, 22 de enero de 2013

Eslizón ibérico, Bedriaga´s skink (Chalcides bedriagai).

Chalcides bedriagai. Sierra de Fuentes, Cáceres. 500 m. 2012.

 
No puedo evitarlo, pero cada vez que me topo con una de estas asombrosas criaturas tengo una sensación extraña, es como estar ante una obra inacabada, como un proyecto fallido. Esta sensación se acentúa al ver cómo prescinde de sus patitas al desplazarse con rápidas ondulaciones de su cuerpo. Se suele decir que es un caso de proceso evolutivo regresivo de lagarto a culebra, que soltado así parece algo incluso malo. Lógicamente, al  Eslizón todas estas cuestiones se la traen al fresco.

Pese a ser una especie relativamente común y  fundamentalmente diurna, no resulta nada fácil toparse con un Eslizón ibérico. Se trata de una especie tremendamente discreta que vive entre el pastizal y bajo piedras, troncos y hojarasca. Tampoco ayuda el hecho de que utilice la tigmotermia (calentarse por contacto con un objeto más caliente) para regular su temperatura, lo que le evita los riesgos de exponerse al sol como una lagartija, le basta con descansar bajo una roca soleada. La mayoría de las veces sabemos de su presencia por ser presa  de alcaudones, cernícalos y abubillas, aunque son las culebras sus mayores predadores.

El Eslizón ibérico es un endemismo de la Península Ibérica,  a donde llegó probablemente procedente del norte de África durante el Messiniense (5,3-5,9 m.a.). Ocupa casi exclusivamente la Región bioclimática Mediterránea, estando presente  en todo tipo de hábitats, desde el nivel del mar hasta cotas superiores a los 1500 m, si bien parece que mantiene una distribución fragmentada, lo que ha dado lugar a tres subespecies y diversos ecotipos.  Los ejemplares extremeños pertenecen a la subespecie C. b. pistaciae, de aspecto más lagartijil, más robusto y oscuro que los individuos costeros, pero eso dependerá del autor consultado. En portugués tiene el bonito nombre de Cobra-de-pernas-pentadáctila.

sábado, 12 de enero de 2013

EL ALCORNOQUE ABUELO. Alburquerque, Badajoz. Extremadura (Spain).


El joven fotógrafo y bloguero junto al viejo abuelo.


Mi primera visita al Abuelo de Alburquerque, o el Abuelo de Extremadura como algunos lo llaman, fue en 1997 y por aquella fecha el árbol aún se mostraba formidable, con su magnífica copa rectangular, sus grandes crecimientos y  sus hojas lustrosas y de un intenso color verde. Tenía ya algunos problemas estructurales serios debidos a una antigua poda bastante desafortunada, que originó grandes heridas sobre las que se anclaría posteriormente la nueva estructura del árbol, confiriendo así gran fragilidad al conjunto. Algunos desplomes ya se habían producido de hecho. Pero lo que menos me gustó en aquella visita fue contemplar su corteza completamente llena de inscripciones de nombres e iniciales, sólo habían pasado dos o tres años desde su último descorche y el árbol ya presentaba ese triste aspecto. Sin duda una grave falta de respeto hacia el venerable abuelo.

Después de aquello, en 1999, se produjo una nueva agresión brutal sobre este árbol. Otra poda salvaje añadía nuevas heridas de gran calibre y hacía desaparecer su bellísima copa. Seguramente para siempre. No volví a visitar el árbol hasta 2001 para comprobar la evolución de la poda, lo que vi me gustó tan poco que hasta diciembre de 2012 no he vuelto.


La base se desparrama sobre la roca casi como la lava de un volcán.


 Puede que ahora ya no sea la misma persona, más de una década es mucho tiempo, pero el caso es que he mirado al Abuelo con otros ojos. Cierto que la copa no se recuperará y los desplomes seguirán mermándola, pero me encontré el tronco limpio de marcas de desaprensivos, el árbol sigue con vigor y ver de nuevo ese bellísimo tronco de 6 metros de perímetro abriéndose paso entre la roca sigue siendo impresionante.

En mi mente estaba tratando de ver a este alcornoque, que no creo que alcance los 300 años, dentro de unos años. Quería imaginarlo como  uno de esos viejísimos castaños casi milenarios en los que ya apenas queda un tronco, ¡pero qué tronco! Difícilmente esto será posible ya que el alcornoque no tiene la fuerza estructural del castaño, o la encina, ni su capacidad de recogerse sobre su viejo tronco, repetidamente podado y descorchado.  Al Abuelo, por su edad y vigor, todavía le quedaban años de plenitud expansiva antes de iniciar sus fases regresivas, pero ahora deberá comportarse como un árbol anciano, eliminando su estructura periférica y reconstruyéndose desde el tronco. Y eso es ir contra la Naturaleza. Que tenga suerte.

lunes, 7 de enero de 2013

Día de Reyes: avutardas, gangas, buitres y Tyrannosaurus rex.


Tyrannosaurus rex hace justicia con Peppa Pig.


Un magnífico día de Reyes, soleado y en casa con la familia. Este año parece que si me apuntaré al reto del Big Year (tenéis un enlace en la columna derecha del blog) en las categorías B (zona habitual de campeo) y C (en y desde casa).

Nada más levantarme me asomé por la ventana a ver si había algún visitante en el patio y descubrí a uno de los miembros de la pareja de Curruca cabecinegra que últimamente frecuentan el jardín. Anoto la especie para el reto.

Curruca cabecinegra sobre el Ginkgo.


Era el momento de abrir los regalos con nuestra hija y de jugar con ella. Momento que aproveché para tomarme cumplida venganza de la repelente Peppa Pig. Con un día tan bueno decidimos salir al campo y dar un paseo por los Llanos, que en esta fecha están preciosos.

He elegido una parte de los Llanos de Cáceres que están cerca de la ciudad de Cáceres para incluirla en mi área de campeo habitual de cara al reto Big Year 2013. Antes de nada nos acercamos a ver Ganga ibérica, que no faltaron a la cita con una pareja muy cerca de nosotros que pudimos observar a placer con una luz perfecta. Algo más alejadas el resto del bando, para un total de 35 aves. No vimos los sisones que frecuentan la zona en esta época, pero sí un par de Ortegas en vuelo. También vimos un macho de Aguilucho pálido volando.
 
Probablemente una de las peores fotos de Ganga ibérca de la historia.


Dejamos el coche cuando vimos las primeras avutardas (+40 machos) y continuamos andando por el camino. Otro macho de Aguilucho pálido. Durante el paseo vimos un puñado de especies y escuchamos un Alcaraván que no conseguimos ver. Hicimos una parada para observar unos buitres negros y leonados en tierra. La mayoría eran unos jovenzuelos y no recelaban, por lo que pudimos acercarnos bastante. Tras unos escarceos con los charcos de barro (cortesía de Peppa Pig) y con las margaritas, paramos a observar un gran bando de chorlitos dorados y avefrías en un pastizal, en ese punto ya se oían los trompeteos de las grullas, que nos indicaban la cercanía de la dehesa y el final del paseo. En el coche, ya de vuelta a casa, vimos otras 12 avutardas macho.

Una de las pandillas de buitres.

De vuelta en casa, Peppa Pig había sellado una alianza con los dinosaurios y ahora sería yo el que tendría que sufrir el castigo…
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