SEGUIDORES

martes, 17 de marzo de 2015

Narcisos pálidos no tan pálidos.

Narcisos pálidos de color amarillo intenso, considerado por algunos como una subespecie propia: Narciso pálido lusitano.


Después del entripado de narcisos que me di la primavera pasada no era mi intención volver a las andadas este año. Pero bueno, el hombre propone…

El caso es que dando una vuelta con la familia por Valencia de Alcántara, entre dolmen y dolmen, veía como los narcisos pálidos me iban poniendo caritas. En una zona como esta, donde se supone que está presente el discutido Narcissus triandrus subsp. lusitanicus, no pude evitarlo y paramos a echar un ojo en un par de grupos nutridos de estos narcisos. Aunque en principio parecía que el color amarillo intenso cuadraba con la citada subespecie, también lo es que entre los narcisos de color amarillo intenso aparecían algunos narcisos pálidos, claramente Narcissus triandrus subsp. pallidulus.


Dejo a los expertos el debate sobre esta cuestión. Conociendo lo caprichosos que son los narcisos, me quedo con la opinión de Flora Ibérica, que engloba a los dos dentro de la subespecie pallidulus. Más importante para mí es la opinión de mi hija, que a este respecto lo tenía bastante claro: los pálidos son más bonitos.

martes, 3 de marzo de 2015

El Olmo del Arco: nuestro último Árbol de Concejo.

El olmo en 2015. A la izquierda el olmo del huerto.

En 1963 la Villa del Arco se incorporaba al ayuntamiento de Cañaveral (Cáceres). Se ponía fin así a siglos de historia de una antigua villa del reino de León, que algunos quieren ver como la continuadora de la Arquius romana.

La Villa del Arco, a pesar de no llegar nunca a ser una localidad muy poblada, gozó de cierta importancia por su proximidad a importantes vías de comunicación y por contar con abundantes fuentes que manaban todo el año, lo que la convertía en paso obligado. En 1800 Madoz da la cifra de 40 casas y 210 almas, existiendo dos barrios y siendo su producción más afamada los limones y naranjas que se producían en sus bellos huertos abancalados.

En los años 60 la villa fue casi abandonada, sólo se mantuvo la familia Cornelio, que todavía se mantiene fiel a su villa.

El olmo en la primavera de 1998, aún sin signos de grafiosis.

Hace poco pude hablar con Julián Cornelio acerca del Álamo de la Plaza, un árbol que conocieron al menos 4 generaciones de su familia, que no son pocos años pues la longevidad en la familia es impresionante. Su padre, recientemente fallecido a la edad de 90 años, aún pudo conocer los plenos del ayuntamiento de la Villa del Arco, que se celebraban bajo la copa del Olmo de la plaza. Los últimos debieron realizarse a principio de los años 40 del siglo pasado, cuando en la villa aún se contaban 14 vecinos.


En 1998 el Olmo del Arco sufrió un severo ataque de grafiosis, aunque rebrotó al año siguiente y se le inyectaron fungicidas en sus raíces de manera desesperada, el árbol ya estaba condenado y murió con el siglo. Sus restos con buen criterio se han conservado en la plaza y en su entorno aún sobreviven algunos olmos que podrían ser sus hijos. Uno de ellos, que vegeta en un huerto junto al viejo olmo, podría ser incluso un brote de raíz independizado antes de la grafiosis. 
Related Posts with Thumbnails