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lunes, 13 de septiembre de 2010

NUNATAK



Durante más de un siglo dos ideas sobre el origen de la actual flora alpina (en sentido amplio) se han enfrentado sin que ninguna de las dos consiguiera una victoria definitiva.
La primera en tomar posiciones fue la hipótesis de la tabula rasa, que como su nombre indica defiende una aniquilación total de la flora en las zonas más afectadas por las glaciaciones cuaternarias, incluyendo por supuesto la alta montaña. Para los defensores de esta línea, nuestra actual flora de alta montaña proviene de posteriores recolonizadotes, que procedentes del sur, fueron ocupando los terrenos libres de hielo permanente.
La segunda hipótesis es por la que yo siento una mayor simpatía personal (al margen de cualquier consideración científica, como debe ser). Sus defensores deben ser gente optimista, que cree en las increíbles capacidades de las plantas de montaña, la denominan la hipótesis del nunatak (en inuit esto significa más o menos resalte rocoso que sobresale en un glaciar) y defienden que incluso en lo más duro de las glaciaciones en las montañas, por efecto de las pendientes y del viento, debieron quedar pequeñas zonas libres de hielo y allí, por increíble que parezca, unas especies terciarias, alguna de las cuales tenían un origen subtropical, consiguieron sobrevivir a miles de años de hielos perpetuos. Lógicamente esta idea no consiguió mucho predicamento hasta la introducción de los estudios genéticos en las plantas. Gracias a ellos se pudo ver como algunas especies de alta montaña presentaban unos patrones de diversidad genética que correspondían a poblaciones aisladas que debieron superar una pérdida de parte de su riqueza genética debido al bajo número de individuos que las formaban, mientras que la restante se diversificó de acuerdo a la deriva genética, tal y como ocurre con las islas oceánicas. Esto encajaba a la perfección con la hipótesis de los nunatak.
A la naturaleza no le gustan las simplificaciones y a las personas no les gusta perder, así que los defensores de tabula rasa utilizando también los estudios genéticos han conseguido demostrar que ha habido una recolonización procedente de poblaciones sureñas. En realidad la suma de ambas teorías es la que permite que hoy las cumbres de nuestras montañas más altas sean auténticos jardines botánicos.

Saxifraga oppositifolia es una de esas especies que aparece siempre en cualquier estudio de flora de montaña. En este caso parece avalar la existencia de los nunatak ya que sus poblaciones alpinas son individualmente muy homogéneas, aunque muestran diferencias entre las distintas poblaciones. Sin embargo en Escandinavia, donde no vive sólo en montañas, existe mucha mayor diversidad entre individuos pero se mantiene mayor homogeneidad entre poblaciones.

1 comentario:

  1. Qué agradable sorpresa que retomes el "cibermundo" y podamos disfrutar de nuevo de tus textos y de tus imágenes. Ya sabes donde tendrás a un seguidor incondicional!
    ¿Vas a mantener dos blogs (el collau jerío/dede el torreón) o estás en pruebas?
    Un abrazo!

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