Viendo el destino que ha sufrido la
arquitectura popular en buena parte de nuestros pueblos serranos, no es extraño
que la aparición de una construcción tradicional ganadera en medio de un
rebollar sea capaz de conmoverme. Conmoverme, porque auguro un futuro bastante
oscuro a esta sencilla y bella construcción, si es que pasados los años aún
continúa igual. No me extrañaría que terminara “rehabilitada” como nave de
aperos, pero con un inequívoco aspecto de chalet y quizás habitada por unos
amantes de las esencias rurales. Con su huertecito orgánico y todo. Otro Walden
verato.
La historia del anacronismo, del
avance imparable de los tiempos, de la irrenunciable mejoría en la calidad de
vida y todo eso no lo voy a discutir, aunque existen infinitos ejemplos en
otras partes del Planeta, incluso más ricas y avanzadas, donde esto no ha
supuesto un gran problema. Aquí, yo creo que ha habido más bien un grave problema
de complejos en los últimos 50-60 años, solucionado intentando edificar como en
la capital. Un intento por modernizar la estética de las calles, eliminando cualquier
vestigio de pueblo. Asociando lo antiguo con lo pobre. Aparecen así el aluminio,
las chapas, el asfalto, los azulejos y todo elemento constructivo alejado de la
tradición, de lo del pueblo. Sustituyendo lo tradicional por lo feo. Ahora,
cuando gran parte del daño está hecho, parece que se quiere revertir la
situación, lo rural vende, pero con gastarse el dinero en chapar de piedra o usar
la madera en cualquier nueva construcción no es suficiente. Se han perdido las
esencias, el patrimonio de referencia o, si se prefiere, el alma.
Tinado de una planta con doblao con
acceso posterior, aprovechando el desnivel de la ladera. Construido en
mampostería de granito con mortero de cascote y piedras. El interior va
rematado con una especie de mortero bastardo con cal. Tejado a dos aguas con cuartones
de castaño y cubierta de teja que van dispuestas simplemente imbricadas sobre
rollizos. Presenta un corral descubierto en la parte más baja.
En el momento de la visita (2005)
no requería más que una limpieza de hierbas en el patio, un repaso del tablado del
doblao y correr el tejado para arreglar alguna hilera perdida de tejas.
El problema es que una casa la conviertes en "antigua" en un santiamén, pero como muy bien dices, el "alma" de un pueblo, una vez perdida, una vez desaparecidas las fuentes orales que transmitían, es imposible de recuperar. Pero somos nosotros los que denostamos el "ser de pueblo". Una vez que todos hemos asimilado que "urbanita = moderno = bueno" y "rural = antiguo = paleto = malo" , hemos conseguido que todos los pueblos sean iguales, que no diferencies estar en Burgos de estar en Murcia.. Saludos!
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