Collado de las Yeguas. Agosto 2015. |
Hay día mejores
y peores, eso está claro. Pero cuando uno decide darse una caminata por el
campo dentro de una Reserva Natural, como La Garganta de los Infiernos, lo
último en lo que piensa es que ese va a ser un mal día. Pero resulta que hoy,
por el afán de llevar a todo el mundo a todas partes, se nos ha olvidado que no
todo el mundo puede ir a todas partes. Algunas personas donde mejor están es en
sus casas.
Collado de lasYeguas. Agosto 2015. |
Ese día llegaba
al Collado de las Yeguas después de unos diez años sin pisar la zona. Me sentía
bastante bien, casi emocionado, la vegetación en la zona del Hornillo, muy
castigada tradicionalmente, se recuperaba de una manera increíble y había
arbolitos y matas nuevas por todas partes. Pero sólo necesité unos segundos allí
para cogerme un tremendo cabreo. Escondidas entre los piornos botellas y
garrafas de 5 litros de agua vacías, completando el cuadro varias bolsas de
basura ya rotas que derramaban sus inmundicias. Alguna ruta organizada por “amantes”
de las actividades saludables y de Naturaleza había establecido en ese punto clásico
un lugar de avituallamiento y allí decidieron dejar todos sus residuos, que el
rollo ecológico se queda en casa. Un poco escondidos, eso sí, no fueran a
molestar mucho y en la vertiente verata, no fuera a pillarlos ensuciando una
Reserva Natural y les callera una multa mayor.
De bajada, las
cosas empeoraban. Tras seguir el camino que viene de la Garganta Chica llegamos
a la zona de Los Pilones. Lugar emblemático de lo que nunca debería ser turismo
en un espacio natural (protegido o no), al modo de lo que ocurre en las
gargantas veratas. Se ha trasplantado el turismo más chusco de sol y playa a la
sierra, con las dificultades de accesibilidad y presupuesto que esto supone
para su gestión. El resultado es asqueroso, algo que es más dramático por los
parajes afectados, con papeles impregnados de todo tipo de líquidos, sólidos y
geles que un cuerpo humano es capaz de expeler por los 2 o 3 orificios que me
vienen a la cabeza. Tampones, compresas, pañales,… la sección de higiene
personal de un supermercado en plena Naturaleza, unida al departamento de
bebidas y alimentos para biodeportistas. Un lugar como Los Pilones (Alardos o
Pedro Chate) no se merece lo que le está ocurriendo y, si unos tienen la culpa
por facilitar su acceso y vender el último paraíso, otros tienen más culpa por
no estar a la altura del lugar que visitan, ni de la especie a la que
pertenecen. Hablar de tasas y cuotas es algo tabú, pero no veo yo muchas más
alternativas.
Hace años en
esta zona podías cruzarte con turistas extranjeros, prismáticos en ristre. Hoy
esa visión es casi imposible (y no por falta de atractivo). Los guiris camperos
son un buen indicador de la gestión de un espacio: a más domingueros, menos
guiris camperos. Resulta, además, que son gente muy intercomunicada y
rápidamente los informes pasan de unos a otros, para bien o para mal. Los otros,
los guiris de sol y playa, se quedan en la Costa Brava, lógicamente. Esto puede
gustar más o menos, pero en donde se ha apostado por la cantidad ya han surgido
graves problemas que comprometen la sostenibilidad del negocio, por no hablar
de cuestiones ambientales o de convivencia.
Esperemos que los responsables tomen medidas drásticas contra quienes ensucian una reserva natural y para que no vuelva a pasar. La gestión de la reserva natural deja mucho que desear.Es una verguenza.
ResponderEliminarEsperemos que los responsables tomen medidas drásticas contra quienes ensucian una reserva natural y para que no vuelva a pasar. La gestión de la reserva natural deja mucho que desear.Es una verguenza.
ResponderEliminarPor desgracia, no creo que sea cuestión de esperar a que los responsables hagan nada; lo lógico sería exigir que lo hicieran. Rara vez he visto a un político de los de siempre hacer algo positivo por iniciativa propia, sino porque lo pide la opinión pública. Veremos si "los nuevos" tienen ocasión de demostrar si son capaces de hacerlo mejor; yo estoy seguro de que peor no lo harían.
ResponderEliminarUna verdadera verguenza, Alberto.
ResponderEliminarTu denuncia me recuerda la situación de algunos parajes del parque natural del Valle del Lozoya, especialmente las cascadas del Purgatorio, lugar recóndito, donde los hubo, hasta que lo pusieron en oferta a las manadas de domingueros que allí se acercan, armados de neveras, bolsas de comida, refrescos... El resultado es que las sendas están erosionadas, sin cobertura vegetal, las raíces de los pinos al aire y la cochambre de envases y plásticos repartida equitativamente a lo largo del arroyo y sus aledaños.
ResponderEliminarEl ganado, con sus descargas de metano intestinal es mucho más ecológico y hasta tienen mayor sentido de la estética, rumiando en los cercados sin echar más mierda que la que se produce naturalmente desde que la vaca es vaca...
Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarOjalá les cayera una buena multa.
El turismo en la época del selfie.
ResponderEliminarNo hay que tener miedo a plantear cobrar una cuota a los visitantes de parajes especialmente concurridos. En otros sitios se cobra en los aparcamientos de acceso a ciertas reservas naturales. En Irati (Navarra) 5€ por dejar el coche en el aparcamiento y no pasa absolutamente nada. El hecho es que aquello está limpio como una patena.
Todo depende de qué turismo se busque. Aquí se está promocionando el turismo de mogollón. Los resultados están a la vista. Ésta es la Extremadura que no sale en las fotos, pero esa basura está por cualquier rincón medianamente concurrido, sean ríos, embalses o caminos. En algunos casos hay verdaderos basureros, sin que nadie haga nada. Es totalmente insostenible, pero para solucionarlo hace falta aplicar medidas impopulares y nadie quiere que se le vayan votos. Parafraseando a Vespasiano: los votos no huelen y en las urnas todos valen igual.