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lunes, 11 de febrero de 2013

La última majada.


Los chozos y el Serbal de cazadores plantado para dar sombra a la zona más utilizada de la majada, el "porche".


Hace unos días conseguí recuperar algunas fotografías que ya daba por perdidas tras un accidente informático-infantil. Entre ellas estaban las que ilustran esta entrada, unas fotos de la que se puede considerar la última majada de verano en la sierra de Gredos extremeña. Situada, pienso que de manera casual, en la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos, dentro del término municipal de Tornavacas, y esto pienso que no es casual. Tornavacas tiene un pie en Gredos y otro en la sierra de Béjar, no es de extrañar que sea la patria de los últimos serranos extremeños.
Chozos ya abandonados de la majada. El árbol también ha muerto.

Una pequeña cavidad excavada en la ladera sirve como perfecta fresquera.


La Majada del Melocotón se sitúa en la vertiente orientada al sur de la Garganta de Asperones, a unos 1.650 m de altitud y junto a la fuente que le da nombre. El paraje está dominado por piornales degradados sobre unos suelos muy empobrecidos, fruto de las continuas quemas de matorral. Fue ocupada hasta una edad avanzadísima por un cabrero de Tornavacas que hacía queso allí mismo, quesos que  él mismo bajaba a lomos de caballo hasta la pista más cercana, donde los recogía su familia. Sobra decir que aquellos quesos eran un manjar de dioses.

Aspecto interior del chozo en pleno uso.

Estructura interior de la cubierta. Buena parte de lo quemado es debido a la "limpieza de bichos" que se realiza al inicio de la temporada. Los murciélagos y lirones pueden ocupar estos chozos y no son bien recibidos.

Ya comenté el triste final de nuestras majadas hace un tiempo en este mismo blog (aquí), pero al recuperar estas fotos no he podido evitar volver sobre el tema. Es una pena que la sierra se quede sin cabreros mientras que se llena de vacas, ciervos y cabras montesas. Es una pena y una tragedia ambiental. Cierto que el trabajo de cabrero es muy sufrido y que en pleno siglo XXI las condiciones de vida de las majadas son inasumibles, pero lo cierto es que buena parte de los hábitats de estas montañas se deben a la boca de la cabra y la oveja, sin olvidar el duro trabajo de conservación de las regaderas que mantenían verdes los regajos. No hay que engañarse, no existe Naturaleza virgen en la Europa mediterránea. Por el contrario, la vaca todo lo destruye, pisotea las turberas, contamina las fuentes, corta las regaderas, erosiona y nitrifica los cervunales, permite que los piornales y escobonales se cierren y además se pueden mantener todo el año solas en la sierra, únicamente hay que colocar cerramientos en las fincas y echar un vistazo con los prismáticos. Es paradójico que esas vacas subvencionadas sean uno de los mayores problemas de conservación de estos medios y no se pueda establecer una ayuda para el ganado que realmente es sostenible. Un triunfo más de la famosa ecocondicionalidad que nos venden con la carísima PAC…

3 comentarios:

  1. Un sitio espectacular, exponente de tantas cosas que se desvanecen...

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  2. Nuestro mundo está cambiando a una velocidad vertiginosa. Desde el punto de vista actual la vida de cabrero como tu dices es inasumible, pero estoy completamente seguro que los cabreros de hace 100 años eran mil veces más felices que nosotros podamos serlo con todas las comodidades. Un saludo.

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