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miércoles, 15 de agosto de 2012

¿ESPÍRITU OLÍMPICO?


El mayor logro de los JJOO es haber convertido un acontecimiento deportivo en una mezcla de pura competición y ñoñería navideña. El espíritu olímpico, la camaradería, la deportividad, el esfuerzo, etc. Es como si las monjitas de la madre Teresa de Calcuta decidieran probar sus habilidades deportivas. Algo que en realidad sólo dura dos semanas cada cuatro años, pero que es tiempo suficiente para que una persona simple como yo se enganche a ellos como un bobo y disfrute con disciplinas deportivas cuya existencia apenas conocía (¿cómo explicar que soportara un partido de ping-pong entre dos chinos enloquecidos?). Ese es el gran triunfo de los JJOO.

Luego cada país organizador decide que sus juegos serán los mejores, porque en el fondo ellos saben hacer las cosas mejor que nadie. En concreto, estos pretendían ser los juegos más sostenibles.



Por eso estos JJOO me han deparado una desagradable sorpresa casi al final de la competición, algo que jamás me habría esperado de los ingleses, conocida la buena mano y buen gusto que este pueblo tiene para la jardinería (el famoso greenfingers que tanto admiro).

El caso es que estaba tranquilamente disfrutando de la prueba masculina de bici de montaña, un circuito con unos obstáculos artificiales de roca primorosos, magníficamente trabajados, buscando la naturalidad como sólo saben hacer ellos (aunque una gran roca estaba mal calzada y se movía ligeramente al pasar los ciclistas). Los ciclistas entran ahora en un tramo con árboles viejos, la pista se empina y llega una curva muy cerrada con gran desnivel, ¡qué bonito!, cómo lo solventarán los paisajistas ingleses…

Justo en el punto de mayor esfuerzo, donde la tracción de las ruedas con tacos es máxima, los organizadores han decidido que esas ruedas pasen por encima de las raíces de un viejo árbol muy cerca del cuello, esas mismas raíces superficiales que son las más importantes para su supervivencia. Me imagino los daños que las ruedas de unos 50 ciclistas en plena competición pueden hacer tras pasar 7 veces sobre esas raíces. Seguramente pasarán los JJOO, se desmontará el circuito y todo permanecerá en orden. Llegará el otoño y ese árbol tirará todas sus hojas. Pero no me extrañaría nada que la próxima primavera ese viejo árbol se muestre puntiseco en varios sectores de su copa. Como nadie ya recordará los JJOO más sostenibles, todo se achacará a la edad de ese árbol: “Vaya parece que el abuelete está empezando con los achaques”. Es el eterno problema de comunicación que tienen los árboles, no gritan y sus reacciones son lentas.

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