SEGUIDORES

lunes, 19 de noviembre de 2012

La Lagartija carpetana (Iberolacerta cyreni). Cuidado con las colas.

Iberolacerta cyreni. El Torreón, Tornavacas (Cáceres). 2400 m.


La Lagartija carpetana es un valioso endemismo que habita los duros canchales oromediterráneos y crioromediterráneos (1800-2500 m) de las sierras de Béjar, Las Parameras, Gredos y Guadarrama. Siendo este un hábitat muy querencioso también para mí no es raro que hayamos pasado buenos ratos juntos. Recuerdo a algunos machos trepando descaradamente por mis pantalones para intentar arrebatarme parte de mi comida (pobres ilusos), comportamiento muy distinto al de otros individuos que se mantenían prudentemente en la entrada de su refugio hasta que yo abandonaba el lugar. Cuestión de temperamento supongo.

Hace poco leí unos estudios realizado con esta especie (*) con individuos que pierden su cola para burlar a un depredador y parece que la “personalidad” influye un poco en los tiempos de recuperación de cada individuo. Pero sobretodo me llamó la atención el coste tan brutal que la pérdida de la cola tiene para estos animales, que va más allá de los recursos destinados a la regeneración de la misma (¡ay! si hubiera sabido esto de niño).

La pérdida de la cola genera problemas de locomoción, esto hace que las lagartijas que la pierden se sientan vulnerables y busquen los lugares más seguros (grandes rocas) donde, pese a ganar en seguridad, tendrán una dieta mucho más pobre y tendrán mayores problemas para mantener su temperatura corporal. Por el contrario, los individuos con cola frecuentan los pastizales y piornos próximos a las rocas, que ofrecen mayor número e idoneidad de presas y les permiten calentarse con mayor velocidad. Esta conducta, podemos llamarla atemorizada, de los individuos amputados al final redunda en una reducción de su actividad para compensar sus carencias. Además, sólo los individuos en buen estado pueden permitirse moverse dentro del refugio para salir por un lugar distinto al de entrada, engañando así al predador. Si vas justo sales por donde entraste, aún a riesgo de que te estén esperando. Así, de cómo sean capaces de optimizar el uso del refugio para minimizar la pérdida de condición física asociada al mismo dependerá su supervivencia.

Macho de Iberolacerta cyreni  regenerando la cola. El Calvitero, Béjar (Salamanca). 2300 m.


A fuerza de esconderse más y de ser menos activas en sociedad, estas lagartijas pierden su estatus. Los machos pasan a ser individuos con territorios más pequeños, donde habrá menos hembras, que además les encontrarán muy poco atractivos para aparearse con ello. Estos machos cada vez son más huraños e inactivos intentando con ello desviar el mayor número de recursos a la regeneración de su cola. Esta falta de vida social parece que además les hace crecer más que los machos dominantes, envueltos en mil cortejos y combates, algo que me recuerda a lo que ocurre con capones y bueyes. La vida de un macho sin cola puede llegar a ser un mar de tranquilidad casi eremítica, sin sexo y con una dieta frugal.

Las hembras lo tienen más difícil aún. Cualquier macho verá a una hembra sin cola (que es como decir sin su reserva de grasa) como a una futura mala madre y no perderá su tiempo con ella. A diferencia del macho, la hembra sin cola se vuelve más activa (su territorio no disminuye), buscando desesperadamente aparearse. Lo tendrá difícil porque muy pocos machos la cortejarán. Si la pérdida de la cola se produce cuando mantiene los huevos en su interior, la situación es aún peor. Los embriones necesitan una temperatura óptima constante para un buen desarrollo, lo que incluso puede acortar su periodo de desarrollo, que parece que aumenta sus posibilidades futuras de supervivencia. Si la hembra pasa mucho tiempo en un refugio perderá temperatura y eso afectará tanto al desarrollo embrionario como a su propia masa corporal. Así que estas hembras tienen que armarse de valor y jugar a una peligrosa lotería acortando periodos de permanencia en el refugio tras una amenaza. Estará contribuyendo a mejorar su estado físico y el desarrollo embrionario, pero a costa de dar más oportunidades a sus depredadores.

Ahora la verdad es que me pensaré muy mucho lo de esperar junto al refugio de una de estas lagartijas para que se deje hacer una foto, sabiendo que todo el tiempo que pasa de más dentro del refugio va en contra de ella y, sobre todo, cuidado con las que han perdido su cola.

  

(*) Martín,J., Salvador, A. (1992). Tail loss consequences on hábitat use by the Iberian rock lizard Lacerta monticola. Oikos 65: 328-333.
Martín,J., Salvador, A. (1993). Thermoregulatory behavior of rock-lizards in response to tail loss. Behaviour, 124: 123-136.

Martín, J., López, P. (1999). When to come out from a refuge:risk-sensitive and state-dependent decisions in an alpine lizard. Behavioral Ecology, 10:487-492.

Amo,L., López, P., Martín, J. (2007).Pregnant female lizards Iberolacerta cyreni adjust refuge use to decrease thermal cost for their body condition and cell-mediated immune response. Journal of Experimental Zoology 307A (2):106-112.

Amo,L., López, P., Martín, J. (2007). Refuge use: A conflict between avoiding predation and losing mass in lizards. Physiology &Behaviour, 90 (2-3):334-343.

1 comentario:

  1. En vista de todo esto, deberías haber sido un poquito más solidario y haber compartido el bocata. Donde comen dos, comen... Besos.

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails