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miércoles, 25 de abril de 2012

OTRO ENDEMISMO EXTREMEÑO: EL CODESO DE MONTÁNCHEZ

Adenocarpus desertorum. Sierra de Montánchez, Cáceres.

¿Ahora resulta que a un endemismo de flora exclusivo de Extremadura también le voy a poner pegas?
Me temo que no lo puedo evitar.

Cuando en el año 2004 se estaban seleccionando las especies de flora leñosas amenazadas de Extremadura, para realizar un estudio sobre su estado de conservación, defendí la inclusión de este taxón frente a los investigadores que veían serias dudas al respecto de su validez como especie. Mi argumento era sencillo, pero demoledor: se trataba de una especie descrita por el coordinador general de la principal obra de referencia (Flora Ibérica) y era la única endémica de Extremadura. Y concluí: “para una vez que tenemos un endemismo no vamos a ser más papistas que el Papa”. Puro razonamiento científico, ya lo sé.

En 1998 Santiago Castroviejo describió esta especie con ejemplares de la sierra de Montánchez y la denominó Adenocarpus desertorum como homenaje a unos amigos fallecidos (los desertores). Siempre había visto la palabra desertorum asociada a especies africanas (del desierto), por lo que no entendía su significado en el Codeso de Montánchez.
El mismo autor que la describió ya ponía algunas dudas sobre la validez de los rasgos distintivos, al ser estos muy variables, e incidía en rasgos ambientales y de ecología. Previamente una revisión sobre este grupo de especies en Extremadura había colocado al Codeso de Montánchez dentro del Adenocarpus complicatus subsp. complicatus (López Martínez, 1995), algo con lo que coincidían otros autores (López, 2001). En 2003 dentro del proyecto Atlas de Flora Amenazada se realizó un estudio con esta especie para determinar su distribución y grado de amenaza (Blanco & Ruiz, 2003) volviendo a suscitar la duda sobre la validez de esta especie, que para los autores podría ser una subespecie de Adenocarpus complicatus. Aunque finalmente, ese mismo año, aparece recogida en la publicación del Atlas como Adenocarpus desertorum (algo que por supuesto también ocurre en Flora Ibérica).

El género Adenocarpus tiene menos de 30 especies repartidas por la región Mediterránea, Norte de África y Macaronesia, gran parte de ellas con distribuciones endémicas muy restringidas. Se trata seguramente de unas reliquias de la antigua flora preglacial. Adenocarpus complicatus es el más extendido de estas especies, el más variable y el que tiene más hibridación con otras especies con las que contacta. Pocas veces un nombre estuvo tan bien puesto, pues junto a las hojas enrolladas (complicatus) presenta un embrollo (complicatus) de formas intermedias que vuelve locas a generaciones de osados taxónomos.

Así pues, la duda era: ¿se trata de una especie endémica o de una forma rara de la subespecie más complicada del Adenocarpus más complicado? Un reto que no amilanó a los investigadores de la Universidad de Extremadura, que como sus anteriores colegas quedaron atrapados por la variabilidad de este grupo. Sólo algo menos del 40 % de los individuos estudiados presentaron los rasgos característicos descritos por el autor. Algo que plantea una duda razonable sobre el status de la especie. Para poner todavía más turbia la cosa otro autor da por buena la especie y cita una nueva población en Malpartida de Cáceres (Vázquez, 2004).

Sea lo que sea, estamos hablando de una planta con buena capacidad colonizadora que habita zonas de berrocal granítico casi desarboladas entre los 500 y 850 m, con suelos poco desarrollados y en fuerte competencia con Cytisus multiflorus y Cytisus scoparius. Planta con ciertos requerimientos térmicos que prefiere laderas de solana. Se estima una población de unos 30.000 individuos en la sierra de Montánchez en la provincia de Cáceres y su entorno (Plasenzuela y Zarza de Montánchez), sin incluir la población de Malpartida de Cáceres. En los extensos codesares de las laderas orientadas al sur es donde aparecen un mayor número de ejemplares de lo que se considera Adenocarpus desertorum, junto con ejemplares dudosos. En las otras partes de la sierra el número de ejemplares dudosos es muy superior.
Aquí lo dejo.

5 comentarios:

  1. De nuevo, gracias por tus entradas, Alberto,
    un saludo

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  2. Saludos, me ha encantado la lectura sobre Adenocarpus desertorum y, me ha sorprendido el origen del adjetivo del género. Al que, según leo, se lo dio Santiago Castroviejo. Te iba a comentar lo de contemplar lo que se puede apuntar sobre le tema en Flora Ibérica pero veo que lo haces.

    un saludo y buen día.

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  3. Interesante entrada sobre un genero del que tengo muchas cosas que aprender. sabes si hay alguna especie de este genero que habite en las riberas?; te lo pregunto porque el martes estuve por la presa de montijo y vi uno. saludos

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    Respuestas
    1. Yo no conozco ninguna especie del género que sea ribereña. Lo que ocurre con los embalses es algo particular, ya que la vegetación de la zona se ve invadida por el agua y en determinadas condiciones (sobre todo en función de los cambios de nivel) esa vegetación puede seguir desarrollándose. Se ven así encinas ribereñas, jaras, retamas o, como tú comentas, codesos. En el entorno del embalse de Montijo hay Adenocarpus a ambos lados y esa podría ser la explicación. Saludos.

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  4. QUE GUAPOERES JAJAJAJJA MENTIRA LAMPARA NO

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